El árbol de la vida.

El árbol de la vida, me descubrió desvanecida sobre el suelo.
De tanto desangrar lágrimas tristes, me había quedado en los huesos de lo invisible.

 

Llorando tristeza, caí de sus verdes manos, como pajarito con alas por desarrollar.
Tímida fragilidad pequeñita.

 

Llevada soledad, por el viento de la lejanía.

 

Extendió los largos abrazos de sus ramas,

y delicadamente para no despertarme del sueño.

Me tomó en brazos, igual que a una novia radiante de corazón correspondido.

 

Valiente enamorado a la tierra, juró al cielo desde la fortaleza de sus raíces
que nunca creería en mi deshecha muerte.

 

Fue a acariciar remedio a la ausencia de mi suerte.

 

Cubriendo la blanca porcelana de mi piel
con las flores y frutas que le nacen enredaderas.

 

Así gracias a sus cuidados poemarios de eterna primavera.

 

Volví, poco a poco alimentada de su boca fresca
a florecer en su compañía.

 

Y un amanecer como por en-Canto de Luz..

..despertó la Poesía.