Como hace uno para irse a dormir en medio de un sueño y soñar que estamos soñando? que ha sido primero, el sueño o el sueño del sueño? Ella miró al viejo Alarcón dejar la botella de jerez sobre la mesa y vió un guiño suave y sincero en su rostro, ella preguntó por el gato atado a la pata de la mesa que dormía ya agotado de tratar de desatar el cordón que lo mantenía prisionero. "El gato es el ser mas inteligente de esta tierra sin embargo Dios le ha dado una gran destreza pero no la suficiente o las herramientas necesarias para poder liberarse de este nudo, el necesita algunos dedos en sus manos y yo necesito que él me quite la mala suerte del destino". El viejo le dijo que lo siga "tu mereces una cama limpia, pura y blanca", tomo una linterna de ferroviario del bargueño, de esas con un gran reflector y de mas de tres pilas grandes en su cuerpo y salió al patio de los pobres hacia el fondo, allí había una montaña de basura orgánica donde se criaban grandes lombrices especiales para encarnar un domingo de pesca, el viejo esquivó la basura y le dijo a la muchacha "por aquí", pasando el lombricero seguía hacia la derecha un pequeño pasillo de tierra con algo de cesped ralo bordeando la pared que seguramente fuera de la cocinita, al pasar la muchacha pudo ver por la ventana los viejos aparadores de la abuela pintados de color amarillo claro. Al final sobre la pared a media altura había un agujero hecho a golpes de martillo y cortafierro.
_ Por aquí pasaban las gallinas, del otro lado había una vieja casa de alquiler y utilizábamos el patio del fondo para que "anden" las gallinas y coman, a la noche las pasábamos para este lado para que los gatos no las ataquen y las maten. Ven, pasa por aquí. (Y el viejo se agachó y pasó por el hoyo a la otra casa)
La muchacha lo siguió y con el mismo movimiento pasó hacia la otra casa. El fondo era hermoso, lleno de plantas altas cerca de las paredes y cesped bien cortado, en el fondo 5 pinos y en el centro una pileta de natación de 6 metros x 4 y faroles coloniales a los lados que daban una iluminación justa y color sodio a una noche cerrada, un juego de jardín de aluminio color marrón oscuro casi negro debajo de un gacebo color arena, en la mesa central un adorno de cerámica beige permitía por unos huecos el escape del delicioso olor aceitoso de una vela aromática. Siguiendo un quincho bien instalado y en el centro una puerta de aluminio anodizado daba acceso a una casa de dos plantas importantes con techos a pendientes con desniveles todos con tejas coloniales algo atacadas por hongos que ya pedían una limpieza con ácido muriático. Pasaron por un pasillo a un amplio living de piso de cerámica cruda separadas por listones de madera de virapitá, en uno de sus lados un hogar imponente con su mármol de carrara, a una distancia prudente una bellísima alfombra persa de colores en tonos amarillos, marrones y rojos vivos y oscuros definitivamente daban esa sensación de opulencia, al pie de la alfombra un juego de sillones de 3 cuerpos en cuero negro y en el centro una mesita "ratona" soportaba una botella de whisky Grant's, dos vasos bajos de boca ancha y una hielera de cristal tallado a mano que la muchacha pensó serían del juego de las copas de jerez con su carga de hielo como recién puesta y a la espera de ambos, un poco mas allá, en el centro geográfico de la sala la mesa de algarrobo con sus 6 pesadas sillas, desde lo alto la pesada "araña" de hierro forjado colgaba de unas gruesas cadenas iluminando tenuemente el ambiente con sus 6 lámparas que simulaban ser velas encendidas... Cerca de los sillones un piano Yamaha negro hacía juego con el color del cuero de los sillones. En la pared frente a ellos una puerta de cedro de tres hojas con vidrios repartidos de cristal biselado donde se reflejaba todo el espectro de colores de luz emitida desde la lámpara de techo, a su lado una imponente escalera en madera con sus barandas torneadas de estilo portugués daba acceso a la planta alta. Subieron, ella detrás de él, el viejo se detuvo en el barandal y observó lo espléndido del living...
_ Una vez me dijeron "yo puedo llenarte toda esta habitación con dinero y de que me sirve? si me estoy muriendo, te cambio todo esto que poseo por tu juventud". Hubiese querido ayudarlo pero ¿como detener el tiempo?, ¿como retrocederlo?, existen posibilidades que no están a nuestro alcance, a mi alcance, a nosotros nos pasa algo parecido, al gato que está atado a la pata de la mesa. Ven vamos a dormir. (el viejo se dio vuelta y le señaló una puerta blanca laqueada que estaba junto a otra idéntica).
_ Por favor elige una de ambas puertas, tu tienes esa posibilidad de elegir tu camino, aún posees todo el tiempo del mundo.
La muchacha eligió la puerta izquierda, eso significaba que la decisión estaba tomada por su lóbulo cerebral derecho, abrió y se encontró con un dormitorio blanquísimo, decorado completamente en forma infantil desde sus muebles, cortinas, alfombras y lámparas con imágenes de kitty. Giró y miró al viejo que aún permanecía parado bajo el marco de la puerta.
_ Elegiste bien, este es el cuarto de las edades.
Ella no dejaba de mirarlo, de sentirlo, el viejo bajó la vista y fue cerrando despacio la puerta, se desvistió y ella pudo sentir el aire tenue, fresco en su piel, se dispuso a dormir, frente a ella un gran reloj de kitty parecía paralizado, inmóvil... cerró los ojos y trató de no pensar en nada, sintió la puerta abrirse lentamente, el viejo se acercó y la cobijó apretando la blanquísima sábana en el diminuto espacio que dejaba entre su cuello y la almohada, le dio un beso en la frente, apagó el velador y salió tan sigilosamente como había entrado. El segundero del gran reloj de kitty empezó a girar contrario al sentido humano del tiempo, afuera el maullido de un gato indicaba que uno acababa de desatarse.
- Autor: gatoconbotas (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 26 de octubre de 2014 a las 21:20
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa
Comentarios1
Un hermoso relato en bella prosa amigo Gatoconbotas...
Un placer pasar por tu portal...
Un abrazo de amistad...
El Hombre de la Rosa...
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