PRINCESA

yeshenia

La princesa esta triste...que tendra la princesa? Los suspiros se escapan de su boca de fresa, que ha perdido la risa, que ha perdido el color. La princesa está pálida en su silla de oro, está mudo el teclado de su clave sonoro; y en un vaso olvidada se desmaya una flor. El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Parlanchina, la dueña dice cosas banales, y, vestido de rojo, piruletea el bufón. La princesa no ríe, la princesa no siente; la princesa persigue por el cielo de Oriente la libélula vaga de una vaga ilusión. Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, o en el que ha detenido su carroza de fantasía para ver de sus ojos la dulzura de luz? O el rey de las islas de las rosas fragantes, o en el que es soberano de los claros diamantes, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? Ay! La pobre princesa de la boca de rosa, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, tener alas ligeras, bajo el cielo volar, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. Y están tristes las flores por la flor de la corte; los jazmines de Oriente, los nulumbos del norte, de Occidente las dalias y las rosas del sur. Pobrecita princesa de los ojos azules! Está presa en sus oros, esta presa en sus tules, en la jaula de mármol del palacio real, el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, un lebrel que no duerme y un dragón colosal. Oh quien fuera hipsipila que dejó la crisálida! (La princesa esta triste. La princesa está pálida) Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! Quien volara a la tierra donde un principe existe (La princesa esta pálida... La princesa esta triste) más brillante qu el alba, mas hermoso que Abril. Calla, calla, princesa: dice el hada madrina, en el caballo con alas, hacia acá se encamina, en el cinto la espada y en la mano el azor, el feliz caballero que te adora sin verte, y que llega de lejos, vencedor de la muerte, a encenderte los labios con su dulce beso de amor... Dicen que las princesas no tienen equilibrio... y que incluso....pueden llegar a morir de AMOR...
  • Autor: Yeshenia (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de abril de 2009 a las 14:37
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 177
  • Usuario favorito de este poema: yeshenia.
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Comentarios2

  • Franklin Sandi

    Este poema me hace recuerdo, con otra forma, a un poema de Rubén Darío.
    Saludos

  • yeshenia

    si menos mal



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