Amiga, cielo y juventud.

Daniel Eduardo Mendoza Camarena

I

Es la juventud en flor

que se alberga en tu hermosura

diciendo “toda dulzura”,

susurrando sin temor

tu dulce nombre, mi amor.

Al mirarme, cautivaste

mis sentidos, tornaste

mi salvaje corazón

de una amarga sensación

a un gozo puro cambiaste.

 II

Al Cielo mis ojos miran

rebosando gratitud

de no estar en ataúd;

mas por Gracia de Dios brillan

las palabras… por ti riman.

Un estuche primoroso

guarda y cuida bien celoso

el más precioso tesoro

de los Cielos, con decoro

alumbra maravilloso.

 III

Amiga, tú, bella hermana,

estoy de ti enamorado;

y ante mi Señor Amado

confieso que de ti emana

tal belleza, nada vana.

Empero, impaciente espera

mi alma… sufre, desespera;

mas Su Espíritu que clama

calmando el alma que brama

se impone, y mi ser se esmera.

 

Autor: Daniel Mendoza

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