Episodio chusco con regionalismo mexicano (sondeando lenguajes locales)

mercedesdembo

Giselle era una mujer madura de muy buen ver, discreta, elegante en su vestimenta y en sus modales. Era socia en un bufete de abogados en Niza-Francia. Había llegado hacía unos días a Veracruz, Mex para estar con su hija que acababa de dar a luz, su yerno era ingeniero civil y trabajaba con una compañia de ingeniería de Marsella la cual le había transferido a Alvarado Veracruz con un contrato de tres años.
Cuando Giselle compró su billete de vuelo alquiló un coche, pero aún no se lo habían entregado.

Ese día iba de compras al centro; subió al autobús que arrancó de un golpe y le proyectó hacia atrás. El colectivo estaba lleno "hasta la madre"  y ella tuvo que quedarse de pie y escurrirse entre dos personas. Le incomodaba viajar en autobús pero no tenía otro remedio ya que todavía no la entregaron el coche, sacó el alfiler que guardaba en su bolso y lo puso en su mano. El "tufo a sobaco" era muy fuerte y con el día tan caluroso sentía nausea. Tenía que soportar ese suplicio durante la hora y media que duraba el trayecto y ella no llegaba a calmarse aunque las ventilas del camión estaban abiertas, respiraba hondo; sacó un frasquito de perfume del bolso y se lo pasó por las sienes. Tan ensimismada estaba que no se dio cuenta de que alguien le estaba rozando el trasero hasta que sintió un dedo que le recorría el "fundillo"; se sobresaltó, le sorprendió el descaro del desconocido, era todo un acto evidente y deliberado. Miró a su alrededor para ver si había alguna salida pero no pudo moverse, iba a protestar pero estaba tan nerviosa e incierta que no quería crear una escena. Al mismo tiempo el colectivo dio una sacudida fuerte que la empujó más contra el desconocido y sintió como su trasero se calaba entre los muslos de él. El hombre se excitó más; aprovechó para meterle la mano y tocarle los cachetes. En ese mismo momento Giselle abrió el imperdible que tenía en su mano y le hincó en el brazo del descarado hombre; este grito de dolor.


-  ¡Pinche vieja de mierda, ve a pinchar a tu madre! -dijo el hombre furioso-.
-  ¡Espèce de salopard, enlève tes sales pattes!,, ¡No sea lépero pendejo!-dijo la mujer y le pega una bofetada-.
-  ¡ Vete a la chingada, pinche vieja!-gritó el hombre aún más enojado-.
El conductor paró el camión, se acercó y dijo.
-  ¡Calláte buey! y pide disculpas a la señora-.
- ¡Disculpas solo por afilar!, -dijo el hombre-.
- !sácale punta a tu madre y bájate del camion!- dijo la mujer
-  ¡No manches cabrón !- dijo el chofer-.
El tipo no quería callar; el conductor y otros varones le dieron una buena madrina y le arrojaron del camión.

 

Merche DemBar
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Comentarios3

  • El Hombre de la Rosa

    Una hermosa historia contada con el arte de la bella pluma de mi poetisa y compañera amiga Mercedes DemBar...
    Muy gratificante la lectura de tus letras---
    Un fuerte abrazo de amistad de Críspulo...

    • mercedesdembo

      Gracias Crispulo estos ensayando varios tipos de lenguaje.
      Un abrazo

    • la negra rodriguez

      Se hizo respetare vaua tipejo en vez de pedir disculpas, excelnete relato.
      besos

    • mercedesdembo

      Una mujer no debe de dejar que la abusen sino se hace complice.
      Gracias Silvi



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