A mi soledad.

Hola... no pensé encontrarte de nuevo, sé que ya tiene tiempo que estas siguiéndome y que es posible que estés siempre al pendiente de mí, que desde que te conocí y participaste en mi vida sólo tú me acompañas.

Te has vuelto el paño que no deja caer mi llanto al suelo, que por muy lejos que viaje, me abrazas con naturalidad, sin que me de cuenta!

E impresionantemente eres tímida, cuando alguien más está conmigo, solamente te escondes y vuelves a tu lugar, y siempre me esperas al tiempo que me tarde sí alguien más está a mi lado.

Que cuando estás conmigo eres incondicional, en mis desvelos, en mis tristezas, más que en mis alegrías, porque sí necesito meditar y encontrar soluciones, tú solamente me aconsejas y no me dejas derrotar.

A ti que en algún tiempo te desconocía y en parte te temía, no te puedo dejar de pasar en alto y dedicarte lo que nunca nadie te ha dedicado.

 ¿y dime tú?

A quién más se le puede dedicar algo tan grande y maravilloso, y más cuando ya alcance a entenderte y quererte de esta forma, porque alguien más no lo entendería, este sentimiento y pensamiento es para ti, para ti, mi soledad.  

Marc Téllez González.