Desfalco y muerte

Diaz Valero Alejandro José

 

Un abuelo en el afán

de su dura brega

con alegría sin par

montó una bodega,

allí con sonrisa serena

vendía víveres al detal,

panes, dulces y enlatados

arroz, azúcar y sal

y una lista de insumos familiar

que vendía en la barriada entera

con mínimos porcentajes de ganancia

donde con humildad y sin jactancia

se hizo próspero lentamente

con el trabajo de su frente

que era su único secreto.

Pero el anciano asumiendo el reto

de su crecimiento comercial

cometió un error fatal

de usar como ayudante a su nieto.

aquel joven rebelde y muy discreto

sustraía de la caja el dinero

y entregaba mercancía a sus compañeros

sin cobrarle ni un centavo;

luego salía entre risas y juegos

arruinando así al pobre abuelo

que tanto en él había confiado.

Hoy la bodega está cerrada

no hay dinero ni mercancía

producto de la triste osadía

de un mal nieto que reía

al saquear la bodega de su abuelo,

y el anciano entró en desespero

al verse de pronto en la pobreza

y muchos recuerdan en el pueblo

a ese viejito que murió de tristeza.



Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Derechos de Propiedad Reservados

Bajo el Número 0614-1214

Maracaibo, Venezuela 

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Comentarios2

  • esthelarez

    ah!
    cuántas veces el descendiente acaba con la fortuna y vida de todos los que le rodean y sin ninguna pena
    ni siquiera se entera...
    Saludos Alejandro
    😉

  • Beatriz Blanca

    Triste el poema que compartes, pero cuantas veces sucede que los familiares se aprovechan de los que lucharon con esfuerzo y tesón.
    Es muy dura la vida.
    Saludos amigo.



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