El Trovador.

“Todo ser humano es valiente,

Por que nace con un saber,

solo hay que hacerlo florecer,

Dentro de su propia mente.”

Del alma nace inspirado,

Como aquel gran vestigio,

Ve la prosa con prestigio,

De una idea que sea formado.

Su verso es ilimitado,

En afán de protagonismo,

Con base en el idealismo,

Para embestir la ignorancia,

Y de suma importancia,

De no caer en el vulgarismo.

Cada quien hace su rima,

Cuando se va a trovar,

Al iniciar a cantar,

Parado en un tarima.

Esto a su contendor anima,

A batallar con la mente,

De un manera valiente,

Con gran gamas de tópicos,

Divinos y filosóficos,

Como todo un docente.

La vida del trovador,

Es cantar esos versos bellos,

Que nacen de cada uno de ellos,

Como los campos en flor.

Resaltan el buen amor,

Para alagar a un  mujer,

Con dulce frases de poder,

Oh! Un tema en argumento,

Para porfiar al talento,

Sin léxico de ofender.

El trovador con talento,

Le da realce al folclor,

En todo sentido fervor,

Al entrar en argumento.

Quizás en ese momento,

En un torrente mesano,

Elogia como hermano,

A todo el que esta presente,

De una manera decente,

Con su acervo cotidiano.

Tres elemento envuelve,

Cuando se va  desglosar,

Lo que se quiere expresar,

Y la decima así eleven.

Las glosas no se disuelven,

Con la guitarra magistral,

Al compas musical,

A los versos que se enuncie,

De cada pies que se pronuncie,

Con un métrica especial.

Tampoco voy a dejar,

A los diversos poetas,

Que comparten sus facetas,

Entre coplas al redactar.

El papel logra manejar,

Con facultad de escribano,

Del expresivo ser humano,

Para que así se distinga,

Y la decima no se extinga,

Con esos versos galanos.