Ave que huelga.

Blas Roa

En un par de ojos azules descubrió

el policroma que le hace los momentos

algo menos grises.

Voló sin medir la presión del aire

y su sonrisa era la respuesta hilarante

a ese rose del viento en sus alas.

Se enamoró de tal forma, que allí

cuando se encontraba melancólica

hubo de buscar refugio en su mirada.

En esos ojos de perro andaluz,

devoró mordisco a mordisco

los versos que el ángel Gabriel le dejaba

sin que fueran lanzados así para ella.

Y luego una cena de perlas y dimantes

un poema que empezó grueso y luego ácuo

en su retina de lapislázuli.

Allá va el ave, sonriendo a ese centro

a ese vibrante sin nombre que adora

como si Dios fuera una quinta pata en la mesa.

Desde entonces, su tristeza no es distante,

sino estar cerca de lo que le aletarga la melancolía

y hulle del problema con la prima "omisión".

Y el eufemismo en las trincheras de su presente soldado

En otros ojos ha encontrado el ave

una ventana mejor.

Vuela alto ave manchada con pecas de vainilla

no pierdas las palabras del aire

que te trae el enigma de los ojos azules;

el prisma de tus lunas y lunares.

 

Blas Roa

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  • Autor: Blas Roa (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de junio de 2014 a las 23:43
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 63
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