En la hora sola

Tizzia Holwin

EN LA HORA SOLA


En este amanecer se sella la convocatoria, de sábanas y auroras para un par de cuerpos, que entre sollozos y jadeos se estremecieron a desfallecer.

No más miradas incendiadas que habiten los recuerdos, ya no hay más báculos eternos que su amor pastorearán; hoy son solo dos mendigos en silencio que de soledad enfermos, por los caminos andarán.

Hasta la orilla de un abismo ambos caminando a un mismo ritmo y sosteniendo el muro de todas sus lamentaciones, que sin pudor se provocaran en el simulacro de este amor, y con aliento a olvido vagan prendidos uno al otro del adiós.

En este amanecer, se sellan las memorias con el aroma a muerte, de lo que fue una hermosa, pero dolorosa historia donde no hay sobrevivientes; solo un estupor confeso entre el crucifijo, la oración y el rezo, que aliviaran su dolor.

No más horizontes iluminados que adornaran viejos cielos; no más batallas, ni heridas de una lucha encarnizada por poseer el control, ni un amor que a solas, con lágrimas en las mejillas y que de rodillas por ellos, musite mil plegarias al buen Dios.

Juntos han llegado ahora mismo sosteniendo los espantos, y sus huellas desdibujando van; recogiendo los escombros en esta hora sola,  que no es noche, ni es de día y en la que agoniza el amor.

Hasta la boca del abismo decididos marchan ya, arrojando están las sábanas, todas sus auroras, las plegarias; y los sentimientos que se derramaran, en el antiguo hechizo que uniera aquellos cuerpos y las palabras hechas de oropel.

Se deshacen del abrazo, del deseo de acunar soñados frutos; y en los riscos se fragmentan sin pudor las circustancias, esas que los hieren, las que sangran, y uno a uno de los momentos del hastío que esterilizaran tan preciosa flor.

En este amanecer se sella ya el abismo, y un sol de olvido despunta al mar y despojandolos de los recuerdos, huellas borra con su brisa; otra vez extraños, una hora sola, ciega, sorda y muda; que sin llantos, sin misericordias, ni más preambulos asesinan una relación, al Amor...

le han encedido fuego y  arrojando sus cenizas se dicen para siempre adios.


©Tizzia Holwin 
#SafeCreative
1211100718446
México

 

 

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  • Autor: Tizzia (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 3 de junio de 2014 a las 12:59
  • Comentario del autor sobre el poema: Jaime Sabines."... Convalecemos de la angustia apenas y estamos débiles, asustadizos, despertando dos o tres veces de nuestro escaso sueño para verte en la noche y saber que respiras. ... Y he aquí que temblamos de miedo, que nos ahoga el llanto contenido, que nos aprieta la garganta el miedo. ... Es un mal sueño largo, una tonta película de espanto, un túnel que no acaba lleno de piedras y de charcos. ¡Qué tiempo éste, maldito, que revuelve las horas y los años, el sueño y la conciencia, el ojo abierto y el morir despacio!... Apagarse es morir, lento y aprisa tomar la eternidad como a destajo y repartir el alma en la ceniza. ..."
  • Categoría: Surrealista
  • Lecturas: 33
  • Usuarios favoritos de este poema: azazz, la negra rodriguez, DAMSYD.
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Comentarios2

  • Violeta

    AGRADABLE TU ESCRITO ... MUY BUENO..BESOS

    • Tizzia Holwin

      Gracias Violeta

      Un abrazo

    • la negra rodriguez

      La hora que no quisioeramos que nunca llegue ciando amamos de verdad. Bello poema recluta lagrimita.
      besos

      • Tizzia Holwin

        Tu siempre generosa mi Coronela

        Besos



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