ENCUENTROS Y LATIDOS.

HERRADURA

ENCUENTROS Y LATIDOS.

Cansada de dar vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño…decidió levantarse . Eran las cinco y diez de la mañana, entro en la salita, se puso comoda, encendio un cigarrillo y le vino a la mente la imagen (ya casi olvidada) de Gustavo…Hacía que no se veían demasiado tiempo, habían tenido una relación demasiado extraña, habían hecho demasiados planes…pero todo se quedaba tan solo en palabras… sin embargo parecian ser felices con tan solo algunas salidas exporádicas…guardaban algunos limites, de común acuerdo, decidieron que no más llamadas telefónicas para no hacer más complcada su relación, ni siquiera una carta, un email…tanto quisieron ocultar aquella relación, que se olvidaron por completo el uno del otro…Pero los dos sabían que si volvían a verse, sus miradas no serían indiferentes a la pasión y el deseo...

Encendio otro cigarro y se quedó pensando en aquellas escapadas que de cuando en cuando solían hacer. ¡Cuánto tiempo ha pasado por dios! ¿Qué habrá sido de el? ¿Me recordara en algún momento? ¿Me seguirá queriendo todavía? Tantas preguntas a la vez, la estaban empezando a poner nerviosa, muy nerviosa…Se miro el reloj, eran las siete y media, habían pasado casi dos horas sin apenas darse cuenta ¡¡Oh Gustavo, como me gusta recordar aquellos escapes...¡¡Cuanta pasión...cuanta  locura!!

¿Y si le llamo ahora? ¡¡Ay Victoria, sigues estando igual de loca por el! No, no, ya no siento lo mismo que sentía entonces,Pero… ¿Cómo sentir algo por alguien con quien no hablo, alguien a quien que no  veo, que no, que ya no siento nada por ese hombre. Pero, entonces … ¿Porqué me están ahogando estas palpitaciones al recordar nuestro pasado?  ¡¡Dios!! No consigo arrancarlo de mi mente por más que me empeñe en olvidarlo... Sin pensarlo ni un segundo más, cogió el teléfono y se dispuso a marcar ¡¡Santo Dios!! Pero si ni siquiera recuerdo ya su número. Miró la agenda y alli estaba anotado, marcó pero nadie cogia aquel teléfono, volvió a marcar y nada…de pronto le salió una sonrrisa picaresca, recordó que aquel número estaba anotado de forma que nadie pudiese sospechar, recordo que había que cambiar el último numero por el primero y marcó,… esta vez, con éxito.

Cuando sonó el teléfono y reconoció su voz, él no dudo en decir que si a la invitación de ella, no entendía muy bien el porqué de aquella llamada, tenia meses sin verla, el ultimo encuentro fue presuroso e improvisto, cinco minutos quizás, un como estás, te veo mas triste, cuídate por favor, un adiós y fue el final aquella vez, desde entonces sabían muy poco uno del otro, casi nada, así que cuando le dijo que si podía acompañarla él no lo dudo, se preparo y salio corriendo al lugar de la cita.

 

Era extraño verla moverse de aquella manera tan intima, casi secreta, esa que se esconde por pudor o por conservar el glamour que una mujer como ella suele tener, era raro verla así, pero él amaba poder ser testigo de cada paso, cada gesto, cada parpadeo que ella le dejaba ver, quizás por eso ella le permitió desde que lo encontró, ser testigo de aquello, era cierto, nadie la miraba como él, nadie sentía tanta fascinación ante sus pequeños rituales que ella inventaba solo para él....

Cuando el sueño llegaba, (algo que ocurría  ya muy de madrugada), ella se acercaba al extremo de la cama donde él se encontraba haciendo sus crucigramas, le cerraba los cuadernos y se metía bajo su brazo derecho, cogía  su brazo izquierdo para colocarlo sobre su vientre y eso era la indicación para que los dedos de él cambiaran de ruta, y en lugar de recorrer cartulinas con crucigramas, recorrían su piel desnuda desde el ombligo hasta donde quisieran llegar, que normalmente era hasta donde el sueño de ella llegaba...cuando el la sentía ya durmiendo tomaba las sabanas para cubrirle el cuerpo desnudo y ella entre dormida y despierta, se replegaba a él para que la abrazara, entonces él se quedaba oliendo su cabello, mirando el movimiento de las sabanas provocado por la respiración de ella... de vez en cuando un estirón de piernas buscando los pies de él a los que se enredaba como si fuera una planta que busca la tierra para echar raíces....

 

De lo mas extraño que había en su relación estaba la desnudez de ella frente a él, desnudez no solo física, desnudez de palabras, de poses, de pasados y hasta de presentes, no importaba nada, lo que importaba era aquella sensación de calma que él le ofrecía a ella, nadie la miraba como él, nadie se sorprendía tanto al reconocerle cada centímetro de su piel, narrarle como veía él cada poro, cada pliegue, cada hueso, arruga, cicatrices, lunares, estrías, lo que fuera, a todo le encontraba él una explicación, una historia, un trazo, y hasta un color, no había besos, no había caricias, no había el arrumaco vulgar que pudiera llegar a estropear aquel momento.¡¡ Aquella peculiar relación!! No eran amantes, eran cómplices que se rescataban de vez en cuando para devolverse la calma que perdían afuera de aquel instante donde juntos eran sin nombres, sin pasados y sin presentes.

Tenemos que regresar, solo decían eso y sabían que aquel instante que duraba horas o días había terminado, entonces de nuevo las maletas, los pasos apresurados, de nuevo la vida lejos se asomaba y se acercaba mientras ellos de nuevo se alejaban, y al final, adiós de nuevo, sin fechas para fugas, sin te llamo al llegar, avísame si olvidaste algo, nos hablamos en la semana, nada de eso, nunca nada de eso, solo adiós en silencio al bajar del autobús, al llegar a la estación, cada quien sin mirarse tomaba su camino, cada quien regresaba a donde algo les esperaba… en la vida de ella, un hombre, en la vida de él, una ausencia…regresaban a la vida, donde no estaban juntos, donde no había espacio para comprender a ciencia cierta que relación tenían… amigos, amantes, cómplices, ninguno de los dos sabia que eran, pero sabían, que en aquellos escapes lejos de todo y de todos, de nuevo eran un instante que no podían echar a perder racionalizando o buscando ponerle un nombre a aquello que no tiene nombre alguno, para ser amantes o similares, hacían falta besos y caricias, hacia falta esos encuentros que solo los amantes hacen hasta lo imposible aunque solo sea para mirarse a los ojos y rozar las manos con la punta de los dedos... para ser tan solo amigos, había exceso de ganas de tacto en la piel... para ser nada, se extrañaban demasiado en silencio y cada quien desde su trinchera. Cuando bajaron de aquel autobús, el ni quiso mirarla...pero ella le cogió de la mano diciendo: por favor....mírame a los ojos mientras te digo mi ultimo poema:Te miraba a través de los cristales de mis sueños...mientras desnudo bañas nuestro encuentro. Con mis manos acaricio tu vientre...y dibujo la secuencia más repetida de nuestros encuentros...me enloquece el tacto de tus manos calentando cada pulgada de mi piel hasta descubrir los orgasmos tan intensos jamás antes vividos...El envolvente baile de tus caricias, hacen despertar mi iniciativa...preparando una armonía cómplice con la noche.

Este es nuestro  sueño desde hace mucho tiempo....Y así es como quiero que ames en el próximo encuentro. Te miro por ultima vez...pero sabiendo que ambos volveremos a vernos en cualquiera de nuestros sueños....

  • Autor: HERRADURA (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de mayo de 2014 a las 08:46
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 63
  • Usuario favorito de este poema: joaquin Méndez.
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Comentarios3

  • joaquin Méndez

    Es genial amiga, muy sensual y tierno, y romántico.

    Un saludo.

  • Maria Isabel Velasquez

    ES UNA RELACIÓN BONITA SIN COMPROMISOS... ME ENCANTO LEER TU PROSA
    BONITA NOCHE
    ABRAZOS DTB

  • jairodelacroix

    Soberbio!



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