La utilizada

Amadeus

   Cuando siento y pongo mi mano sobre su pantalón que se que está en su vagina, se me viene todo de golpe. Muchas emociones y sentimientos como si estuviera obteniendo el más gratificante de mis premios que lo poseo porque decidió entregarse a mí. Cuando meto mi mano por dentro de su pantalón, la emoción se multiplica y triplica, pues sé que estoy en su área mas sensitiva, donde puedo causarle que me haga suya a lo romántico o a lo salvaje, dependiendo de mis movimientos. Una vez que le acaricio el clítoris y que palpo que está llena de placer porque se humedece, se me enciende todo acto revolucionario de pasiones que puedo sostener en mi mente y cuerpo, sin tan solo tocarme. Entonces solo me basta con saber que se siente amada y deseada para yo saber que lo estoy haciendo bien y que por eso estoy sintiendo todo lo que estoy sintiendo.

   Ella pierde la sensación cuando en su vientre la hoguera cobra vida. Su cuerpo se vuelve un mar de hormigas y su respiración son caballos galopando en la noche, ella se moja de placer…

  Me pongo brasier y zapatos, busco las llaves de mi carro y arranco para su casa pero antes pregunto: ‘¿estás segura de que baje a tu casa después de todo lo que ambas nos hemos dicho?  ¿Se van a tardar mucho en regresar? Para calcular el tiempo que tengo y tenemos, entonces.

  Dejo el carro escondido y le llevo un juguete a Ginger y un hueso a Ringo para ganármelos y que no me ladren, y entro a su casa.

  Me abre la puerta desnuda.  Primero que nada, cuando entro le doy una nalgada porque alguien la pudo haber visto. Después de esa nalgada, me quedo con la imagen de que esta desnuda y dejo que todo sentimiento (amor), pensamiento (hacerla mía), reacción (acariciarla, mirarla, sentirla, besarla, abrazarla, tocarla y casi todo lo que termina en la), emoción (lujuria), intención (portarnos mal), deseo (que me haga suya), anhelo (olvidarnos de todo y de todos y dedicarnos ese momento), etc., llegue y actuó a base de ello.

  Ella toma mi mano, toma mi dedo y lentamente lo desliza entre los labios y lo introduce.  Inmediatamente su respiración se acelera y se le escapa un gemido.

  Esa combinación de sentirme de ella y salir expulsada por la boca, como el grito de guerra que da todo soldado en una victoria, me pone extremadamente apasionada y ansiosa. Porque no sé si quiere que continúe dentro de ella, para que siga con sus gemidos hechos gritos de tanta pasión y orgasmos que le provoco, o si quiere que explore sus alrededores para que se sienta amada de pies a cabeza.

   Ella toma mi muñeca y comienza a meter y sacar el dedo lentamente. Mientras más se humedece mas se agita su respiración y más profundo son sus gemidos.

   Dejo que tome el control de la situación a medias, porque permito que te satisfagas con mi dedo, pero yo mantengo el control de los movimientos y el tiempo. Así cuando sienta los niveles de su respiración, sé si la mantengo con las ganas de tenerlo, si hago que lo tenga rápido y sigo, si hago que lo tenga lento, largo y paro, o si hago que tenga muchos a la vez.

   Ella comienza a caminar de espalda aun teniendo mi mano adentro. Mientras me besa apasionadamente y caminamos hasta su habitación. Una vez allí, se lanza a la cama con sus piernas abiertas, apoyada en los codos y me llama. Vuelve a tomar mi mano y…

   Fue tanta la pasión y deseo que provoco en mí, le hago el amor a lo salvaje. La pongo en cuatro y le meto dos dedos, cuando tenga ese orgasmo, la pego a una pared y hago que se siente en mis hombros de frente y le hago sexo oral hasta que me arranque el pelo y me deje la espalda hecha sangre de tanto arañarme, luego la tiro a la cama y empiezo a morderla de pies a cabeza, estando en su cara, la beso apasionadamente y le muerdo el cuello, después sigo bajando hasta hacer el 69 y ambas devorarnos de placer y después de todo vuelvo a revolcarla por toda la cama, piso, pared, mesa, closet, alfombra, caja y todo lo que haya para liberar de mi toda la lujuria que provoco al mantenerme dominada por su sensualidad.

   Ella suda, se alborota, me araña, se ahoga en gritos, pide más, se desespera, mueve sus caderas, siguen los gemidos…

    Mientras la pongo en cuatro en mi mente sabría que no solo le voy a meter 1 dedo sino que va a llegar el momento en el que tenga metido 4 de mis 5 dedos. Comienzo con el primero, este hago que lo perciba como el inicio de uno de sus más largos placeres y torturas a las que se ha sometido conmigo porque ahora poseo el control de su cuerpo y de mis dedos. Con el segundo comienzo a que empiece a sentir que se le viene de golpe todo placer que una mujer puede causarle a otra que conoce sus debilidades y maneras de estimulación. Con el tercero empiezo a emprenderle el largo viaje que tendrá lleno de placer, sudor y lubricación que tendrá para los orgasmos y por último, con el cuarto hago que muera y reviva de tantos orgasmos que sentiría, hasta que ella sea la que pida clemencia al no soportar la fricción de su cuerpo al no lograr manejar ni controlar toda la pasión que le produje y que aún mantiene latente.

   Ella erguida grita pide más. Su vientre entre espasmos se desespera. Mientras más le doy más, pide más, se moja. Me muerde, me come la boca. Se fatiga. Casi vencida su cuerpo se torna rígido, empapado de sudor. Termino, pero yo prosigo. Un orgasmo tuvo, creo. Sé que fueron múltiples, más el fiel prolongado. Sufre un último largo espasmo y unos cuantos calambres. Una vez que se recupere… le toca a ella portarse mal…

Mientras escribo esta historia, ella se masturba.

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  • Autor: Amadeus (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de mayo de 2014 a las 00:48
  • Comentario del autor sobre el poema: El titulo lo dice todo.
  • Categoría: ErĂ³tico
  • Lecturas: 115
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