Los cuentos de la realidad 3- La séptima vida del gato.

Afelío

Creo haberlo visto alguna vez, mas a pesar de ello no logro recordarlo, era un niño, tenía diecisiete o dieciocho años aproximadamente, se dedicaba a ser un artista urbano, o un <<grafitero>>como dicen algunos, o un vago como dicen muchos, o simplemente un delincuente como dicen casi todos;¿Pero qué más da lo que era?, no era malo, comenzó a vivir drogado y en ebriedad consuetudinaria, sencillamente se desboco, pero en daño a sí mismo, en daño a quien lo amaba.

Era una tarde de domingo, el “Soler” salía de sus cuatro paredes a batirse en la guerra de la supervivencia, a jugarse el pellejo en el limbo de lo extrovertido, de lo fantástico e insaciable, en pocos términos iba de desmadre. Se encontraría con sus amigos en un famoso crucero donde lo recogerían en una camioneta blanca, no azul, o roja, conducida por su amiga  cuyo nombre desconozco.

Serían las tres de la tarde aproximadamente cuando los seis amigos a bordo de la camioneta arribaron a la población de Calvillito, ubicado a unos quince kilómetros de la ciudad de Aguascalientes; El pueblo de Calvillito  es famoso por el pulque que ahí se fabrica, pues en distintas casas de las pocas que hay, este se vende por litro a un precio muy barato; Soler y sus amigos tenían planeado embriagarse toda la tarde en aquel lugar árido y soleado, contingente y abrasivo.

El tiempo se desvaneció por unas cuantas horas, el momento parecía infinito, yerto y alucinante; cuando alguien reacciono del nirvana, se percataron de que eran ya las nueve y treinta de la noche, pero la idea de volver sonaba totalmente aburrida ante la euforia que se había generado tras el pulque y de más cosas; La idea fue tan loca como estúpida, de esas que todos hacemos por lo menos una vez, y otros las seguimos haciendo; No regresarían hacia Aguascalientes, sino que seguirían su camino hacia delante, en afán del estado de San Luis Potosí,  donde se puede encuentra el desierto de Real de Catorce. En este sitio se pueden encontrar especies vegetales muy raras y únicas en el mundo, como lo es el pellote, y algunos ejemplares de hongos alucinógenos, motivo por el cual se realizaba la imprudente travesía. Cargados de pulque partieron entonces hacia lo que terminaría en una pesadilla jamás soñada por alguno de los tripulantes de la caravana de la muerte, menos por Soler, iba a ser su primera visita al desierto. Pero nada fue así, pues su incursión no duro mucho, resultaron ser una víctima más de la mentada “Curva de la M”, llamada así precisamente por su forma; Se cuentan muchas leyendas de esas curva, mucha gente ha muerto a manos de esta asesina de asfalto, y cuentan los que saben, que la gente muerta se aparece por las noches a orillas de la carretera distrayendo a los conductores que por ahí transitan provocando numerosos accidentes. Sin embargo a mí las historias de fantasmas ni me van ni me vienen por lo que me remito a volver a lo tangible de la historia……La cantidad de pulque que se habían bebido, más el que aun bebían, denoto los estragos en los sentidos de la conductora designada, (designada por la pertenencia del auto para ser ella quien debía manejar); Tomaron mal y a exceso de velocidad la curva y destrozando la barra de contención salieron disparados de la carretera volcando hacia su lado derecho dando vueltas y vueltas hasta que la camioneta volvió a sus cuatro ruedas cerro adentro.

De los seis jóvenes inmiscuidos en la tragedia, solo murió uno, el Soler, uno más quedo en coma pero despertó a los tres días y los demás resultaron con pequeñas heridas y golpes en distintas partes del cuerpo, pero nada de seriedad.

Existen dos versiones posteriores a lo sucedido tras las volteretas que dio el auto, una de ellas dice que algunos salieron volando  del auto entre las volteretas y otros bajaron del auto por su propio pie, entre ellos Soler, el cual se dice se sentó en una piedra sintiendo unas ganas terribles de vomitar y un dolor insoportable entre el pecho y el estomago; Uno de sus amigo que se encontraba ileso se acerco a él diciéndole: <<Ya chingamos mi Soler>>, y se fue a buscar a los demás supervivientes, para lo que Soler no pudo más y comenzó a vomitar sangre en cantidades interminables. Se ahogo con la misma. Había sufrido una hemorragia interna, perforado por sus propias costillas se consumó su muerte en cuestión de instantes.

La otra versión dice que sus amigos lo encontraron tirado boca abajo entre las hierbas y a tierra, aun respiraba cuando uno de ellos lo volteo y lo tomo en sus brazos solamente para verlo morir segundos después.

En un dato tan irrelevante como curioso y de dudosa procedencia, se dice que la mañana de ese domingo inolvidable, Soler había publicado algo como esto en la red social Face Book:

“No sé si es peor la muerte en vida, que la muerte en muerte”.

Uno de los comentarios que recibió este estado, fue el de una mujer la cual escribió:

Lo averiguaras.

Lo menciono nada más y nada menos por que da la coincidencia de que uno de los fantasmas de los que más se habla entre los conductores asiduos de la carretera a San Luis Potosí, es precisamente el de una mujer la cual pide raid o aventón como se le quiera llamar, a un costado de la curva de la M.

Este no es un intento de alguna historia de terror, es el terror en la historia de la vida.

En memoria del Soler.

  • Autor: Afelío Shagun (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de mayo de 2014 a las 16:07
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 64
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Comentarios2

  • Ayeres

    Me sorprende tu habilidad de escribir en este cuento corto..Tienes imaginación .Tienes un gran don Afelío.
    Yo creo en los espíritus y fantasmas, vaya que sí!!
    Saludos!

    • Afelío

      Pues siento decirte Akllar que no es imaginación, es realidad, simplemente un relato que debería ser cuento, pero es tragedia, por que la vida es cruel Akllar, vaya si lo es, pero así es y no hay más.
      Y de los fantasmas, no sé si yo creo o no, pero como lo dije, a mi ni me van ni me vienen......

    • Yamil Di Salvo

      Por las dudas, a mi que no me vengan...los fantasmas digo!

      • Afelío

        Por supuesto... Quienes más......
        Un saludo, Afelío.



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