Desde tu cima, que hasta de su ruta
en la cúspide al Sol vence y humilla
y a los trigales blondos de Castilla
cuando es la luz de aquél más alta y bruta,
hasta la primorosa y diminuta
fábrica de tus pies, de la costilla
de Adán eres la nieta que más brilla
de hermosura, aunque seas prostituta.
Por ello es natural que tanta tinta
yo gaste en tu alabanza, que en un plinto
te tenga colocada, que mi cinto
apenas use ya, sin par Jacinta,
y que la ausencia de tu flujo tinto
pruebe desde hace un mes que estás encinta.
Osvaldo de Luis
Comentarios1
Si los trigales blondos de Castilla hablaran...
Cuantos niños no habrán sido antiguamente concebidos entre mieses, pero, putas, putas, en Castilla nunca han existido putas autóctonas, por favor! Un abrazo
¡Pero Donaciano, si nuestro gran Quevedo escribió que en Castilla los campos se araban con maridos...!
Así que a esos niños los concebían entre mieses y los parían a los nueve "mieses"...con ese asunto podrían escribirse muchos "entremieses".
Un abrazo.
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