Hombre-pajaro.

Araceli Vellber

Encontré el hombre-pájaro, volando bajo

Recogiendo del campo el aire cálido

Aleteando entre nuestras manos,

Escapándose de sus alas, sus plumas

Como se esconden nuestros besos-abrazos,

Entre nuestros cuerpos unidos-desnudados.

Descubriendo los sueños helados,

Interpretando las palabras despacio.

Picoteando las heridas del árbol,

Como mi lengua busca, tus arañazos.

Esas marcas de las tormentas del año pasado

Aquel que descubrimos que nos amábamos

Aquel que cada día, nos torturábamos

Cada uno en su cama

Cada uno, con su otra sombra, entre las sábanas.

Así, encontramos otra vez al hombre-pájaro.

Posiblemente la camada del año pasado,

Aquellos que vimos romper el cascaron blanco

Y nosotros no éramos capaces de soltar de nuestros amarres sus lazos.

Y este año, ya vuelan solos, entre las ramas

Este año, tú y yo, seguimos escondiéndonos en ellas

Como los fugitivos huyen, de las esposas plateadas

Como los inquilinos reclaman, su vuelta a casa.

Y seguimos hablando de nuestros vuelos bajos

Tal vez, nos conformaremos

Con ver otro año, otra camada de hombre-pájaro,

Tal vez, nos tocará volar, pero volar más alto.

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