Septiembre

Donaciano Bueno

Miro al frente y aparece dibujado

un diminuto montículo en su frente

de insignificantes árboles sembrados,

en un paraje que aparece sonriente.

 

De escarpadas calvas raídas a dos lados

pintadas de ocres colores diferentes,

que impávidos van fisgándole al nublado

amenazantes las lluvias en septiembre.

 

En trance, un caserón viejo, derruido

que por el paso del tiempo atormentado,

vigilante permanece ensimismado

y al espectáculo asiste adormecido.

 

Al pié, un rio susurros cuchicheando

corriendo ansioso del monte en la ladera

entre chopos al silencio va lanzando

salmos tristes de sus odas plañideras.

 

Arrebujadas las fuentes se han unido

para mandar desde el cielo sus mensajes,

poner un manto de empapados latidos,

lámina gris de acetona en el paisaje.

 

Un carromato de bueyes que arreando,

viejo, de un vecino al que la frente ciega

poco a poco va avanzando por la vega.

en su traqueteo el sol, está escampando.

Ver métrica de este poema
  • Autor: donbuendon (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 23 de abril de 2014 a las 03:50
  • Categoría: Naturaleza
  • Lecturas: 59
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Comentarios2

  • bambam

    Muy buena descripción del paisaje a migo Don
    abrazo cordial
    bambam

    • Donaciano Bueno

      Gracias, amigo bambam. Saludos

    • Johnny Rock

      Una bellísima instantánea,con impecable métrica ,que desglosa, una foto,quizás en tu mente y tus recuerdos,y le da vibrante vida al viejo caserón,al triste rio que sigue impaciente su camino con quejas de caminante cansado,como los bueyes, los colores,los àrboles...todos con sus historias y presente.
      Es la mirada de un paisaje de otoño, casi muerto, que cobra vida cuando la mira el poeta.
      ¡Enhorabuena !.Me encantó.
      Un abrazo,Johnny.

      • Donaciano Bueno

        Fue hace unos días en mi viaje de ida por la carretera que va de Madrid a Valencia previo a disfrutar de un merecido asueto de Semana Santa. Cuando un café me indicó que me esperaba en una área de servicio a la altura del kilómetro180. Todo fue bajar del automovil y echar un vistazo al paraje que aparecía ante mis ojos. Fueron unos segundos. Cogí mis bártulos, pinturas, pinceles y traté de trasladarlo al lienzo. Después, ya en Valencia, aprovechando la imagen aun latente en mis retinas, le di los últimos detalles. Ahora tu le has añadido un magnífico esribillo fruto de tu prolífica imaginación. Un abrazo, amigo Johnny



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