Serenos tus pasos me alientan
a caminar con ellos durante la noche,
siguiendo el camino llano hasta
tu puerta entreabierta
mi mente divaga confusa de reproches.
Es mi visita un secreto y es tu secreto
una conquista certera.
Soy tu esclava, tu prisionera,
virgen sacrificada
en el fuego de tu alma.
Nada queda hacer por mí,
soy vieja llama que arde antigua
en las sábanas usadas de tu cama.
Otros cuerpos antes que yo las han marcado
y como yo su sudor por sangre
le han dado en ofrenda
soy tuya, tu presa, tu juego.
Nada queda hacer por mí
Comentarios2
Hombres y mujeres sin distinción y al igual, podemos ser presos de las trampas del amor y dejarnos llevar por la pasión y los sueños, por las ilusiones y los anhelos, pero es mas valioso he importante el entregarse a la vida en todos sus aspectos con tanta pasión como tu lo has hecho con estos versos. Grato fue leerte.
Saludos y felices días.
si eres consciente que eres prisionera es que el juego inquietante te atrae!
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