Magdalena, como bobo miro tu dorada cabellera,
con cautela, de que no me sorprendas en mi miseria,
tus verdes ojos, como dos analgésicos para mi mente,
mirélos, estúpida y alocadamente,
tu voz, ¿qué voy a hacer sin tu voz?
el color, el más bello que he esuchado,
con harto dolor, hasta quedar somnífero,
pienso en ti cada momento,
al igual que tus ojos color mento,
tu nombre en el firmamento,
y a cada rato es suspenso,
de ti Magdalena,
miedo a enamorarme de ti,
porque en este día carmesí,
de no poder decir "Sobreviví",
a lo que es tu encanto,
que es único, duele, mata.
-
Autor:
Andrés Hernández (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 8 de abril de 2014 a las 00:49
- Categoría: Amor
- Lecturas: 18
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.