Yo sé y no.

¿Qué huelo? La lejanía del tiempo que anuncia,
sin duda, que lo malo y lo bueno no son ciertos;
Pasa el olor en las manecillas de un reloj que grita
a campanadas las virtudes del horizonte y ríe a
lágrimas las historias que son pocas, pero son.

No tenía firmeza ni el día ni la noche, me encontraba
justo en medio, en el momento que no pertenece a Dios.
Sin encontrar beneficios, gritaron los vientos que no me
aleje de casa, que no busque lo que en verdad no quiero.
Y sé que huelo, y sé el tiempo, pero ignoro la vida.
Y sé del día y sé la noche, pero se muere de miedo, la voz.
No soy más que un deseo, que desea cualquiera,
soy de agua y soy de piedra, soy lo que no quiero,
cuando quiero ser; no sé de ser, pero soy.

Y me encuentro en el bosque, no sé de día, no sé de noche;
lo que huelo en el tiempo, es futuro, es incierto, es el plan de
un Dios. Ya decía aquel niño, en el fétido pasar del tiempo,
que ya pasó: Me voy a casa, y me voy.

José Nájera Colindres.