Como las gotas de sudor
 que resbalan por tus caderas
 al amarte,
 en ardiente trance de pasión,
 voy desapareciendo sobre tu carne
 introduciéndome, hasta ser vibrar
 tus fibras rosadas y mojadas.
 De tu boca, salen gritos de loba salvaje
 y tus uñas me clavan
 como espinas, en la espalda
 atrapándome en el frenesí alocado
 de nuestros cuerpos, danzando
 sobre la hierba verde del prado,
 hasta inquietar el trasnochado sueño
 de una luna llena que nos descubre,
 insólitos y solitarios
 atrapándonos en deleites voluptuosos.
 Y así, siento
 el palpitar de tu vientre húmedo
 al traspasar mis labios encendidos
 que caminando como un niño sin sueño
 van dejando sus huellas de inocencia
 sobre tu inescrutada y tierna piel.
 Bien, al destronar tus bien coronados
 pechos dorados, casi corregido por mi indecencia
 y con la paciencia de artesano,
 sucumbo a tu penitencia
 oh, reina y soberana de tus montes,
 a beber de tus rígidas fuentes
 el dulce y arrobado gusto
 de tus pechos destronados.
 Y así, como un audaz y solitario aventurero
 me levanto de ti, guardando
 mi gran sable plateado
 dirigiéndome a otros terrenos inexplorados
 y cantándole a la luna llena,
 un canto alegre y de triunfo
 escapándome del pronto amanecer.
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                        Autor:    
     
	valentino arrabal (Seudónimo) ( Offline) Offline)
- Publicado: 27 de marzo de 2014 a las 13:01
- Comentario del autor sobre el poema: Bueno,del tibio al ardiente deseo del goce erótico;del zigzagueante camino de la seducción al deleite pleno del placer teñido de aventura.
- Categoría: Erótico
- Lecturas: 73

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