Un Gran Regalo de Dios.

Martha Montes de Oca

Esta historia que les voy a compartir, es real.
Hace tiempo, una madre se encontraba viendo en la televisión una triste historia de amor, acompañada de su pequeño hijo de tan solo 3 años de edad, el cual, hincado frente al sillón y junto a su madre, dibujaba entretenido. Las emociones y el sentimiento provocaron en la madre un llanto silencioso que fue notado por el pequeño, quien al mirarla así, con su escaso vocabulario, le dijo: ¿Por qué lloras mamá?
Ella un poco turbada por haber sido descubierta, le contestó, señalando a la televisión: Porque esa mamá se quedó sola.
El pequeño miró por un momento la televisión y volviendo a mirar a su madre le dijo en un tono sorprendentemente consolador para su edad: No te preocupes, tú nunca vas a estar sola. Yo siempre te voy a cuidar.
Sorprendida y pasando del llanto a una sonrisa, la madre le preguntó: ¿y tú cómo sabes eso mi amor?
A lo cual el pequeño contestó con toda naturalidad sin saber desde luego el impacto que iba a causar con sus palabras: ¡Ay, pues porque Papá Dios me lo dijo!
Sin comprender totalmente lo que escuchaba y llena de sorpresa y curiosidad, la madre le dijo: ¿Papá Dios te dijo eso? ¿Y cuándo lo hizo?
El pequeño le contestó sorprendido, como cuando no entendemos porqué nos preguntan algo si ya saben la respuesta o cuando nos preguntan algo que es obvio: 
¡Pues me lo dijo antes de venir aquí, 
cuando yo todavía estaba en el Cielo con Él!

Lo que escuchó aquella noche de su hijo le llenó el corazón de un sentimiento de felicidad que jamás antes había sentido, acompañado de sorpresa, paz y un sin fin de preguntas que la acompañaron durante mucho tiempo, pues una explicación lógica no la había. Hasta que entendió que solo tenía que Creer.

Ese hijo todavía acompaña a su madre en el camino de la vida
y ella sólo espera que a pesar de las adversidades y momentos difíciles, 
él desee seguir acompañándola, caminando juntos, 
cada uno siguiendo su propia linea de la vida, 
él creciendo, aprendiendo, 
a veces llorando y otras riendo a carcajadas, 
como sólo él sabe hacerlo, siendo feliz 
y ella aconsejándole para que los tropiezos no resulten tan difíciles, . apoyándolo cuando lleve una carga muy pesada 
que tal vez se aminore si tan solo él abre su corazón y platica con ella, . compartiendo sus secretos, 
cada uno viviendo su propia vida y sus propias experiencias, 
a veces solos y otras compartiéndolas, 
pero unidos siempre por el amor que ella comenzó a sentir y a vivir 
desde que supo que su pequeño venía en camino,
como un Gran Regalo de Dios.

  • Autor: Martha Montes de Oca (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de marzo de 2014 a las 02:52
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 132
  • Usuario favorito de este poema: soki.
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Comentarios1

  • Andra

    Simplemente hermoso relato...
    Saludos.



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