Para siempre

Como te extraño, mujer de mil recuerdos.

Te quiero tanto y no te tengo.

Nada de ti me pertenece

ni el alma mia que es toda tuya.

Dejaste este amor desmembrado,

herido, melancólico;

y lo notas, y lo sufres.

¿Por qué  lo sufres?

 

Debiste despegar el alma, dividirla,

tú, la que podía, tú, la que quizo.

Pero no lo hiciste,

¿Por qué no lo hiciste?

 

Ahora estamos aquí donde no hay algo.

Mira la hondura del vacío, 

mira la inexistencia de nosotros,

somos el no ser, somos el no estar,

no hemos sido creados, 

no hemos sido pensados,

simplemente no hemos sido.

No hemos sido los de antes,

no hemos sido lo que fuimos,

ni lo que quisimos,

ni la vida juntos:

compartiendo el mismo espacio,

intercambiando caricias,

jugando a detener el mundo en cada beso,

en un parpadeo, 

con palabras que decían amor 

y significaban eterno.

 

Yo no sé si es el tiempo o la semántica,

pero el para siempre dura muy poco.

Dura menos que una vida -y yo,

pensando que me haría falta otra-.