El ADIÓS.

Nicolas Ferreira Lamaita

EL ADIÓS. ( Composición, Narrativa y Rima)

Ensayo sobre letras de Tango.

 

En la tarde que en sombras se moría,

buenamente nos dimos el adiós;

mi tristeza profunda no veías

y al marcharte sonreíamos los dos.

 

Así era la tarde, muriendo en sombras, como en sombras iban quedando nuestros corazones, buenamente dijimos nuestro adiós, no queríamos ver la profunda tristeza envolviendo el alma, ambos sonreíamos, mas que una sonrisa era una mueca de profundo dolor.

 

Y la desolación, mirándote partir,

quebraba de emoción mi pobre voz...

El sueño más feliz, moría en el adiós

y el cielo para mí se obscureció.

 

La desolación que nos embargaba era tan intensa que quebraba nuestras voces de emoción, era la muerte de nuestros sueños, el entierro de nuestras ilusiones tan queridas, proyectadas. Si, el sueño más feliz moría aquella tarde y el azul del cielo se torno en un negro manto.

 

En vano el alma con voz velada

volcó en la noche la pena...

Sólo un silencio profundo y grave

lloraba en mi corazón.

 

Silencio que reprimía nuestra pasión, nuestro amor, silencio omitido, callado, profundo y grave, llanto interno de dos corazones que se amaban, ¿por que esa separación? impuesta por la vida, ninguno de los dos la quería, pero era el destino que la imponía, jugada cruel, no deseada.

 

Sobre el tiempo transcurrido

vives siempre en mí, y estos campos

que nos vieron juntos sonreír

me preguntan si el olvido me curó de ti.

 

El tiempo a pasado, pero aunque digan que ayuda a olvidar, en mi a sido un gran fracaso, el olvido no a podido curarme de ti, todo permanece. Sigues viviendo en mi  como el primer día, en caminos recorridos, en parques, bares, playas, campos, todos los sitios son tu imagen.

 

Y entre los vientos se van mis quejas

muriendo en ecos, buscándote...

mientras que lejos. otros brazos y otros besos

te aprisionan y me dicen que ya nunca has de volver.

 

Si amor, constantemente al viento van mis quejas, volviendo en el eco repitiendo en mis oídos, reprochándome, ¡por que te deje marchar!. Hoy muero en celos, al pensar, que otros brazos te aprisionan, otra boca te besa, otro ser  te retiene, a quien as de amar.

 

Cuando vuelva a lucir la primavera,

y los campos se pinten de color,

otra vez el dolor y los recuerdos

de nostalgias llenarán mi corazón.

 

Nuevas primaveras, pintaran los campos con renovados colores, que a mis ojos serán grises, como mudo ha de ser a mis oídos el trino de las aves, y el azul del cielo mutara a un pálido gris, como así será el gris de la nostalgia, del dolor y los recuerdos que llenaran mi corazón.

 

Las aves poblarán de trinos el lugar

y el cielo volcará su claridad...

Pero mi corazón en sombras vivirá

y el ala del dolor te llamará.

 

En vano el alma, dirá a la luna con voz velada la pena...Y habrá un silencio profundo y grave, llorando en mi corazón.

 

Letra: Víctor San Clemente y Nicolás Ferreira Lamaita.

                       

 

 

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Comentarios3

  • El Hombre de la Rosa

    Muy bello tu gratificante y hermoso poema de amor amigo Nicolas
    Saludos de tu amigo Críspulo

    • Nicolas Ferreira Lamaita

      Amigo Crispulo, perdona la demora en contestar, pues entro poco a la computadora. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

    • kavanarudén

      Profundo tu sentir amigo (permite que te llame así) poeta.
      Me ha gustado mucho leerte.
      Pasiòn, fuerza, entrega, nostalgia, profundidad y mucho amor leo en tu poema.
      Saludos desde la distancia.
      Dios te bendiga.

      Kavi

    • Nicolas Ferreira Lamaita

      Kavanarudén amigo, Gracias por tu genero comentario. Un abrazo.



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