Tan solo eso

Esteban Mario Couceyro

Cuando solo respiras, tan solo eso

y veo los ojos fijados en no se qué horizonte

quiero ser tan solo eso, el aire que exhalas

ser el paisaje ausente de tu mirada

la sal, de solo una de tus lágrimas

que río abajo se despeñan.

 

No soporto más el universo, a mis espaldas.

que como mínima fracción de dolor

me reclama la ausencia

del aliento tibio que respiras.

 

El recuerdo de los besos

como olas de rompiente

estallando en mi boca

tan solo eso, vale…

el que recuerde, que el amor

sea como los pájaros, que visitan

mi jardín.

 

Ven, tráeme las caricias

Como las olas trae el mar

Confúndeme, entre los besos

No me dejes pensar

En los precipicios de mis penas

Lléname de sol los ojos

Inúndame de palabras buenas.

 

Luego, cuando las palabras

Se escondan en la oscuridad

Y los besos, se sequen de puro sol

Déjame solo

Al borde de esta incógnita

Que me gana sin luchar

Que ya está dentro de mí

Haciendo un universo nuevo.

 

 

 

  • Autor: Esteban Couceyro (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de marzo de 2014 a las 13:41
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 65
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Comentarios3

  • Carlos Manuel Larrea

    Hola Esteban!

    Un buen poema.

    Creo que la primera estrofa ganaría en fuerza si terminara en el quinto verso. Una hermosa y poderosa imagen.

    Saludos

    Carlos

    • Esteban Mario Couceyro

      Tienes razón, lo breve..., pero no corrijo lo escrito, pues tengo una relación distante, con ese acto irreflexivo que es para mi el escribir.
      Te confieso, que al leerlo, siento como si fuese de otro que no asumo como yo mismo.
      Amigo mio, es todo tan difícil y con esto de escribir, no encuentro coartadas mas elegantes.
      Un abrazo
      Esteban

    • Tu damisela enamorada

      Me gusto, estubo bueno.

      • Esteban Mario Couceyro

        Gracias por comentar tu agrado, eso quiere decir que algo tuyo, cruzó con la vivencia del escrito y eso es la maravilla de esto.
        Un abrazo
        Esteban

      • Carlos Manuel Larrea

        Quizás tienes razón, Esteban.

        Ahora, releyéndolo, veo que la figura no está mal, que sus connotaciones no son de despreciar.

        Tú ves cómo esas lágrimas se despeñan río abajo mientras quisieras probar una sola de ellas!

        Ya hace algún tiempo participo en un foro aquí en Alemania. Allí rigen normas muy distintas, casi hay una ausencia absoluta de elogios y terribles, implacables críticas. Mucho he aprendido y aprendo allí, entre otras cosas, publicar lo menos posible, comentar lo más que se pueda.
        Yo estoy en la privilegiada situación de poder comparar mundos tan diversos, aunque en realidad predominan las similitudes.

        En todo caso, algo diferente es lo siguiente: alguien, uno de los registrados en ese foro publica un poema. Puede ocurrir que nadie haga el menor comentario, cero comentarios! Eso es lo peor que le puede a uno pasar, claro. Generalmente sí hay un par de reacciones, comentarios, críticas, sugestiones, etc. Al final, con frecuencia, el autor cambia mucho del poema original, es decir, en cierta medida es el producto final un producto colectivo. Esa es una caracter¡istica de los alemanes, saben trabajar en equipo.
        Esta es la primera vez que participo en un foro en mi lengua materna, que es la única lengua verdaderamete mía, incluso si yo quisiera olvidarla no podría. Estoy aprendiendo mucho aquí.

        Perdóname si he "platicado" demasiado, como dicen los mejicanos.

        Un abrazo,

        Carlos

        • Esteban Mario Couceyro

          Estimado Carlos, gracias por importarte, la comprensión de mi expresión escrita, eso me halaga, más que mi ego, a la trascendencia humana tan cosificada por estos días.
          Cuando describes tu experiencia germana, es algo que roza mi existir mediato y presente. Estoy casado con una alemana genéticamente pura ya que sus ancestros inmediatos, emigraron del Volga a la Argentina hace mas de un siglo. Por ello comprendo la idiosincrasia germana.
          También tengo referencia de Alemania, por mi abuelo materno, quién vivió varios años de su juventud

          • Esteban Mario Couceyro

            Estimado Carlos, gracias por importarte, la comprensión de mi expresión escrita, eso halaga más que mi ego, a la trascendencia humana tan cosificada por estos días.
            Cuando describes tu experiencia germana, es algo que roza mi existir mediato y presente. Estoy casado con una alemana genéticamente pura ya que sus ancestros inmediatos, emigraron del Volga a la Argentina hace mas de un siglo. Por ello comprendo la idiosincrasia germana.
            También tengo referencia de Alemania, por mi abuelo materno, quién vivió varios años de su juventud en tu tierra, trabajando y haciendo experiencia que luego trajo a la Argentina, al instalar una industria textil. Es destacable, que vino imbuido de un fuerte sentido social que volcó en la dinámica laboral de su empresa.
            Pero mi carga genética, es mayoritariamente vasco francesa y gallega.
            Como ves hasta aquí, los argentinos, somos europeos y ese es el punto en que pivota nuestra desgracia.
            Ahora paso a contarte, como escribo y en general como hago todas mis expresiones (escultura y pintura), menos la música de la cual soy complaciente oyente (de la buena).
            Reconozco que solo me topo con la impronta sin culpa ni mérito, de la que veo surgir cosas, que me dejan algunas veces mal y otras con breves enamoramientos por el encuentro.
            Si pinto, no soporto mas de media hora, o lo dejo inconcluso.
            Si modelo una escultura, debe salir de mis dedos, con la velocidad de una ráfaga, o lo dejo.
            Al escribir, veo las letras surgir sin pensar en ellas, solo recibo el eco de algunas palabras que me suenan dramáticas e impresionan mi pecho con alguna cosquilla.
            Pasa por mi mente, al avanzar el texto, la sensación de estar en ese lugar, en esa situación. Vivo por ello, el miedo, la esperanza, los celos, envidias y toda otra sensación del carácter humano.
            No soy un relator, soy apenas un lector de la situación presentada, suena loco, pero es mi coartada para no enajenarme.
            Es por eso que no puedo corregir lo encontrado, soy débil y carezco del valor que requiere corregir lo expuesto. No sirvo para ese trabajo ideal de construir entre tantos, soy un individualista que sufre por no pilotear el avión, recuerda que los vascos levantan piedras y los gallegos las rompen sobre sus cabezas.
            Supongo que cada uno de mis escritos, son mensajes dentro de una botella tirada al mar..., qué similitud la de la botella de vidrio y esta pantalla de cristal...
            Supongo que te das cuenta, del valor que he dado a tus palabras, con ellas, de alguna manera, justificamos esta inaudita locura, al mostrar el alma.
            Un fuerte abrazo
            Esteban

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