El llamear de las palabras

Oscar Perez

El llamear de las palabras

 

¿Por qué me siguen hasta el sueño las palabras,

hasta cuando ya estoy besando las manos de mi madre,

hasta cuando ya estoy en paz con el domingo,

conmigo mismo, con el sol, con los vecinos,

con el este y el oeste de este viejo planisferio?

¿Por qué se les ocurre despertarme,

decirme ven a ver cómo amanece entre tus cejas,

cómo se acerca lo que soy a lo que he sido,

y, andando apenas con el sueño en la bufanda,

me obligan a dejar aquí estas tartas para el postre,

esta estación para el adiós, este farol para el viajero?

¿Por qué me obligan a cantar cuando me ducho,

cuando penetro en mi mujer, cuando me doblo

de dolor porque comí ciruelas verdes

o el guardia me golpeó porque no entiende

de otra forma de entenderme o dar conmigo?

Y extrañan tu canción si nos perdemos,

y escriben en el cielo como en mensajes de las nubes,

aquella que es un dios nos da el perdón que no pedimos,

aquella como flor se ofrece a darnos una tregua

y aquella, chaparrón inesperado,

es nuestra favorita pues nos lleva

a desnudarnos del todo apenas ya de vuelta en casa.

Otras palabras se hacen fuego, llanto,

formas de la rosa, ondas marinas,

van fuera del idioma que apreciamos,

nos hablan con el trino de las aves,

con las borras del café o de la cerveza,

con la hosca soledad de las miradas

esquivas en el metro o en el próximo escritorio

de tus colegas o compinches del salón de clases.

Son palas que sin voz nos dicen abran surcos,

son aves que sin nombre nos cuentan vamos lejos,

relámpagos que se unen en nuestro idioma con el miedo,

espasmos de una vela que largamente habló con tus insomnios.

¿Por qué, por qué, pregunto, no se acotan

al libro sin abrir, al nombre en mi pañuelo,

al diario que no leo pues ya sé que estoy perdido,

al viejo diccionario en que se aburren

los crápulas y el yugo de los viejos bueyes,

por qué siguen aquí si nos callamos,

si echamos a gritar, si quemas esa carta,

si nada hay que decir después de años de pareja

o todo y eres tú quien ya no encuentra las palabras?

Me buscan, aquí están, trae tu silla y las contamos,

trae tu atardecer y vemos cómo se oscurecen,

cómo de pronto un resplandor llena de estrellas

el sitio en que nos ven y en el que esperan

nuestra voz para vaciarlas y vaciarnos,

sin más eternidad que la palabra

que nos une y nos despierta en el latir de cada noche.

 

http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/

 

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  • Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de marzo de 2014 a las 20:50
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 58
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Comentarios1

  • Oscar Perez

    Saludos y abrazos, siempreviva.-



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