Pregón de madrugada

Oscar Perez

Pregón de madrugada

 

De que el hombre come piedras, come piedras,

de que el hombre mata al hombre, mata al hombre,

y empieza cacerías infernales

y atrae a sus cuchillos a los ángeles,

y en  vez de sonreír y decir vamos,

en vez de liberarse de pereza y juicios

y hacer lo que en deber tanta alegría le ha asignado,

se niega a sostener que todos pueden,

se niega a regalarse la dulzura,

se niega a prometer que hará el mejor esfuerzo

y que el día de ayer no ha de dejar

en vano al caminar hacia el mañana.

De que el hombre está incompleto, está incompleto,

le faltan, mire usted, dos catedrales,

un síndico de quiebra entre sus voces,

un mapa hacia sí mismo, la otra parte,

aquella que perdió al romper su espejo,

le falta adivinar si quiere hijos,

historia, porvenir, un par de amantes,

le falta decidir si aquellas manchas

son sólo manchas en un muro o bien prisiones

que no lo dejan escapar de aquel castillo que ha creado.

Le falta comprender lo que le falta,

la cuerda en su reloj y la locura

en sus días y noches más felices,

la mano de algún niño bajo el sol,

la boca de un amor en cada almohada

y al fin una mandíbula más fuerte

que atrape el desamor, lo muela, lo marchite

y le permita errar, ya simplemente silbando

y no rumiando en cada nueva y triste madrugada.

 

http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/

 

25 02 14

  • Autor: Óscar Pérez (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de febrero de 2014 a las 14:26
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 44
  • Usuario favorito de este poema: Ayelén.
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