Hermosa ninfa ayer, hogaño planta,
antaño carne, huesos, sangre y piel,
hoy leña, savia y hojas de laurel,
ahora y siempre la Fama triste canta
tu desgracia que apena y aun espanta,
causada, invicta Dafne, por aquel
que ilumina del orbe el redondel
con su fogosa lumbre rubia y santa.
Venció tu honestidad a su torpeza,
de sátiros mas propia que de Apolo,
al precio de mutar tu gran belleza
-sin parangón del uno al otro polo-
en la rugosa y áspera corteza
que mece y besa casto el leve Eolo.
Osvaldo de Luis
Comentarios2
bello , saludo ludvaldo
Gracias.
Sublime.
Me abruma.
Gracias.
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