...Carta de despedida...

Mi amor del alba: Hoy le dedico estos pasos, porque llevo siglos cansados en los pies, en las manos, en la sien... In albis, también le dedico estos besos que huyeron de su amor anacoreta, al frío, a mi desidia, a nuestro olvido... Me voy a transitar otros meandros ya caminados, guardando siempre la orilla de este adiós que como nunca se quedará desembocando nuestros atardeceres que me lucirán eternamente como bretes. Ahora sufriendo el imago de mi vida pido un codicilo para mi amor arrancado que se va, en esta última plegaria quisiera estar por última vez en su empírea montaña, en sus horicinas, que me guardara con luctuosidad en sus mórbidas manos. Quisiera implorar murria para este ser, para este corazón rojísimo que lo añora, que lo adora, que se despide con un montón de pleonasmos en la boca que ni siquiera entiende. Pronto me convertiré en una más de sus reminiscencias y usted tomará la forma de uno más de mis vestiglos, ambos nos quedaremos puestos en el anaquel de la memoria, posando nuestra enjundia, quizás llenándonos de un polvo indeleble, llevando con mucha dignidad nuestras anatemas de "tu y yo"... Me voy, dedicándole con un amor gigante todos mis estros... Me voy, con esta tristeza evanescente... Me voy con un sentimiento suyo inefable, inmarcesible... Me voy, pero te quedas en mis arreboles, sobreviviendo a todas mis exégesis.