NUNCA LLUEVE SIN QUE ALGÚN RAYO SE CUELE...

AUNQUE LLUEVE,
PINTA EL CIELO
ARCOÍRIS...
(espinelas)

¡Cuándo el cielo es hablador,
y sus llamas iluminan,
a dos solos que caminan,
les alumbra el desamor!
Y no calla el amargor
ni la lágrima va seca
al dejarles la rebeca
que abrigaban sus miradas
y dejar descobijadas
con el alma ya reseca.

Sin buscar y cabizbajos
se aproximan de repente,
aun con la mirada ausente
bien dañada por los tajos.
Siendo vidas sin atajos
rebuscando nuevo abrigo
en quizás un fiel amigo
que les una en nueva historia
a un principio de victoria
que les calme el desabrigo.

Mas la vida les depara
al pasado de la vuelta,
en mirada bien envuelta
una dicha que plasmara;
y a la vez que se fraguara
la razón por qué vivir
en su miedo al existir,
y en lo visto por sus ojos
y calmaron sus enojos
un lugar donde reír.

LAS HERIDAS
ENTRE DOS,
SIEMPRE CURAN...
(glosa en espinelas)

¡Si me cuentas tu secreto,
te prometo tiernas prosas,
y dejar tu ser repleto,
con mil pétalos de rosas!

¡Hola, hermosa, adónde vas!
Con la lágrima pegada
se te ve desamparada
sin saber en donde estás.
Mas seguro ganarás
porque siento en ti el aprieto
al saltar con ansia el seto
que sembraron con maldad,
y yo arranco con bondad
si me cuentas tu secreto.

Sé que te cogió una pena
aunque a mí también llegó,
y en mi vida se alojó
algún granito de arena.
Y hoy al verte siento en vena
un torrente con calmosas
sensaciones deliciosas,
Y por eso si lo quieres
y aprestada a mis poderes
te prometo tiernas prosas.

¡Yo seré la sombra amiga,
cuando el sol de más caliente,
yo seré tu fuego ardiente,
cuando el frío te persiga!
No seré quien te castiga
ni te niegue parapeto,
sembraré con mi respeto
una linda clavellina
de color y aroma fina,
y dejar tu ser repleto.

Con mi tiento por abrigo
dejaré tu cielo terso,
y a tus pies un bello verso
que te llene y sea amigo.
No serás el cruel castigo
sino el sueño que reposa
¡Siempre linda y deliciosa,
yo tu cuerpo abrigaré,
y en tu cama arroparé,
con mil pétalos de rosa!

LA TRISTEZA,
ANTES HUBO
ALEGRÍA...
(glosa en espinelas)

¡Si lo quieres y deseas,
que te muestre lindas cosas,
Siempre y cuando tú lo creas,
me perfumas con tus rosas!

Voy a ver si la fortuna
al fin se acuesta a mi lado,
y me invitas a un helado
arrullándome en la luna.
O quizás venga la tuna
a cantarme lo que creas,
siendo libre de peleas
y acogiéndose mi sino
bien pegado a tu destino
si lo quieres y deseas.

Porque sé que amaneció
en mi vida la esperanza,
y gracias a tu bonanza
mi mañana clareó.
Ya mi pena se murió
y florecen lindas rosas,
coloridas y olorosas,
y por eso te mereces
por lo bien que tú lo cueces
que te muestre lindas cosas.

Siendo luz que me ilumina
y has llenado mi vacío,
ese que encogió de frío
y tu paz ya lo elimina.
Por fin veo que termina
gracias a lo que deseas,
y rogando tú que seas
él que calme el apetito
y entregada y no repito,
siempre cuando tú lo creas.

Qué mi vida se hizo magia
cuando te acercaste a mí,
cual pintura nunca vi,
y su trazo me contagia,
algo bueno se presagia
al sumarse en mí las prosas
tan plenas y deliciosas
esas cuales tú me hicieras,
y por eso cuando quieras
me perfumas con tus rosas.

LOS CAMINOS,
UNOS VAN
OTROS QUEDAN...
(espinelas)

Han pasado algunos años
en que unieron sus pasiones,
añadiendo a corazones
muchos tientos sin engaños.
Nunca exenta de regaños
porque siempre alguna pena
se precisa en toda arena
que cobije al paraíso,
y atendida de su aviso
dejen ruta limpia y buena.

Ya no sienten esos miedos
como la primera vez,
que temblaban como pez
al sentir en piel sus dedos.
Y viajando con sus credos
agarrando la locura
que no trajo más ventura
que la dicha de tenerse
y una paz en sostenerse
a una vida de aventura.

Recordando aquel fracaso
por el cual la vida unió,
y a dos seres arrulló,
y meció en el mismo vaso.
Miran fijos el ocaso
en un día luminoso
apacible y tan hermoso,
y entre tientos siempre tersos
y plasmando en lindos versos...
¡Santo día primoroso!

GAVASE
(foto de la red)