Esta manía que inquieta,
este sueño que alucino,
el vino de sábado por la noche,
la ilusión de que no amanezca
en mi cama los domingos.
Los recuerdos que al poeta
hacen sudar la gota fría,
contracciones cual saeta;
los deseos que reprimo,
se me refriega la utopía.
Mi soledad; la compañera,
copa a copa, mano a mano,
reza lo que los rezos anhelan:
fiesta de duendes en mi pollera,
bajo la luna, pero mundanos.
Huyen los versos despavoridos,
prudentes se esparcen las letras,
pero quizá es culpa del vino
esta manía de no saber recordar
sin soltar las riendas en un poema
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Autor:
Estela Kobs (
Offline) - Publicado: 18 de enero de 2014 a las 21:50
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 73
Offline)
Comentarios2
Muy encantador poema, y muy bien plasmada una nesecidad.
Saludos de amistad
Gracias poeta 🙂
DÉCIMA
Es tu compañÃa que me inquieta;
por tus encantos es que alucino,
tomándonos la copa de vino
que este tu poema no concreta.
A tu lado llegaré a la meta,
esperanza que se hace notoria
cuando consiga de la memoria
el libro de nuestro acontecer.
Tú serás lo más grande, mujer,
y tus encantos serán mi gloria.
Poemas de Camilo
Ay poeta!
Con tus palabras es que alucino
Pero si le ponemos vino,
Vaya menjunje,
Vaya destino!
O desatino?
Aquà va un poemita, libre...
Des/vino/tino
Si rimo
vino
con destino,
no serÃa
un desatino.
No hay que ser
adivino
ni tener
tan buen tino
para saber
que con vino
(más si es tinto)
nos parece
ver divino
el camino
que conduce
al destino.
Alucino,
aunque al final
ese sino
no sea más
que un desatino.
Saludos!
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