El maestro y la Aguja.

El coser es un arte. Tomas dos trozos de tela inservibles y mediante un proceso mental y algunas “insignificantes” —irónicamente hablando, herramientas, las transformas en algo de utilidad. El resultado es una nueva pieza llena de “vida”, una nueva creación.

Qué necesitas para coser? Básicamente una aguja, algunos trozos de tela, algunos trozos de diferentes hilos, algunos alfileres y un dedal.

Todo hace parte de la naturaleza: la aguja es forjado de un mineral de hierro, calentado al rojo vivo, donde se eliminan las impurezas y puesto en un molde para que se enfríe y alcance su dureza; los alfileres sufren el mismo proceso, pero en un molde distinto; el dedal también es un forjado de hierro cónico con la superficie llena de hoyuelos que se encaja en la extremidad del dedo para empujar la aguja sin herirse, es decir, donde la aguja se apoya para hacer su labor; los trozos de tela e igualmente los trozos de hilos son extraídos del algodón —naturaleza, y una vez manufacturados por el hombre, que también es naturaleza, cada cual tendrá su utilidad relativa.

Puedes tener trozos de tela, hilo, dedal y alfileres, pero si no usas de la aguja, no podrás coser, no algo que te pueda servir con utilidad, como lo hace la naturaleza.

El maestro y el discípulo son como la aguja y el hilo. Separados, sus capacidades son limitadas, pero juntos, crean una nueva realidad.

La aguja, que va al principio, perfora la tela, para el paso del hilo. Una vez hecho esto, se vuelve innecesaria, y el hilo trabaja cosiendo y uniendo los trozos de tela. El dedal representa las enseñanzas del maestro, su base de apoyo, el terreno donde se siente firme y se apoya.

Los trozos de tela son las individualidades, muchas de ellas no saben para qué sirven, o quizás estén satisfechas en su actual uso, pues desconocen que, uniéndose a otras individualidades, su belleza se verá expandida. Los trozos de diferentes hilos son los discípulos, que serán los responsables por “unir” a varios trozos de telas y convertir todo esto en una nueva creación.

Los alfileres pueden ser los que sirven de apoyo suplementar a los trozos de tela a mantenerse en su posición, mientras se cose esa nueva creación, pero todavía no son agujas —es la etapa intermedia entre maestro y discípulo.

Tú eres tu propio maestro, tu propio discípulo, tienes las enseñanzas, tienes los alfileres alrededor tuyo, hay un montón de trozos de telas e hilos también alrededor tuyo, tienes la percepción de que quieres crear algo nuevo para ti y para otros…tienes todo! Entonces, pregúntate:

Qué estoy esperando para coser?