Ayer andaba perdido
hurgueteando tesoros
detrás de los símbolos.
Tropecé con un anillo de humo.
¿Dónde comienza la transformación?
Me asomé al centro del anillo
y sentí la humedad de la luna.
No, no era la luna de los astronautas.
Simplemente estaba allí,
como si de sus grandes ojos
hubiera brotado una lágrima.
Entre salto y página venía correteando un perro
y su cola flameaba jubilosa.
¡Ah, bendita hierba floreciente
jardín magnífico
que arranca del invisible corazón del anillo!
Me ha pedido que le preste atención
si en verdad quiero ver sus flores.
Aquí estoy con mis venas abiertas
y una extraña vitalidad me sostiene.
E.D.A
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Autor:
Enrique Dintrans A. (Seudónimo) (
Offline) - Publicado: 2 de enero de 2014 a las 00:00
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 44
- Usuario favorito de este poema: El Hombre de la Rosa.
Offline)
Comentarios2
Hermosas metaforas escribiste hoy en tus gratas letras amigo Enrique Dostrans A...
Buena entrada del año 2014...
Críspulo el Hombre de la Rosa...
Agradecido por tan favorable comentario.
Feliz año nuevo, estimado Críspulo.
E.D.A
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