EL AÑO NUEVO QUE SE ESPERA

La Pluma y Mi Alma

(Autor)

Soy el Año Nuevo, vengo a ti GARANTIZADO e INTACHABLE; acabo de salir de las manos de Dios. Cada día es una perla de gran precio que te es concedida para que la enhebres entre el hilo de plata de la vida. Una vez enhebrada, ya no puede desenhebrarse jamás; queda allí como un testimonio inmortal de tu fe y de tu destreza. Debes fundir entonces, cada minuto, como eslabón dorado a la cadena eterna de las horas.

Por ahí te han sido entregados en tus manos, riqueza y poder para hacer de tu vida lo que quieras. También yo te doy, libremente y sin reservas, doce meses gloriosos de lluvia refrescante como una caricia y de luz de sol con fulgores de oro. Los días, para trabajar y recrearte en la belleza de las cosas; las noches, para que duermas con un sueño tranquilo. Todo lo que tengo te lo doy con amor que no puede definirse. A cambio de no olvidarte que todo lo que te pido es: que no permitas que nadie profane tu fe ni oscurezca tu visión.

Visión que te lleva a escalar la cima más alta del éxito y te permita entender que cada segundo que pasa de vida que te doy, trae su propio afán. Toma el tiempo que te doy para amar y olvidar aquello que te ha llevado a las inferioridades extremas de la desdicha social, que no debería de ser, pues en mi traer no están incluidas, pero hay improvistos que aparecen en la senda de la transitoria vida. Debe ser optimismo, el creer que  los desdenes en la vida, nos ayudan a madurar y a fortalecer nuestra fe.

¿Soy EL AÑO NUEVO QUE TU ESPERAS? Espero serlo, para que al despedir el que voy a destituir, no sea la razón de dejar tristeza en tu corazón, pues aunque no lo veas así, más que desdenes, el año que se va, te ha dado muchas oportunidades de prosperidad y glorias en el éxito alcanzados de tu vida. Míralo con esos ojos de visión clara y convincente.

La otra condición a cambio de mantenerte feliz es: que luches por mantener sana tu conducta de indulgencias que al final, soy yo el que resulto siendo el año más grato o desdichado para tu vida y la de todos. De Ti depende como sea mi final el día 31 del próximo Diciembre.

Te he escrito anticipadamente esta carta, para solicitarte que: me permitas entrar a la ideal manera de planificar tu tiempo y sea después de Dios, el año que me entregue y me deje usar por Ti en las mejores acciones y servicios que realices en tu itinerario.

Sea de satisfacción para mi corazón saber y estar seguro que al final de mi existencia, puedas quedarte en paz, lleno de alegría, de amistad y de la mejor riqueza que es la eternidad de la vida.

En espera de mi recibimiento, me quedo asegurado en los últimos segundos del que me entregará consignas de tu vida. Y en la expectativa de todos los que te rodean, para ver si son muchos los felices de verte llegar con ellos al recibimiento de mi aparición.

En gratulaciones por lo que eres en el tiempo, te declaro bendición y gracia de aquel que prepara mi viaje al despido del año que me espera para ser relevado.

Atentamente,

EL AÑO QUE SE ESPERA