No ha muerto nunca ninguno de mis amores:
soy efímera carne de eternidad.
Los he honrado en las buenas, las malas, las peores,
con plural y absoluta fidelidad.
Me distrajeron otros resplandores
- fuera imbécil negar esa verdad -
pero jamás violé mi libertad
pervirtiendo en infamia esos temblores.
Y si parece a veces que el olvido
reduce a nada lo que fuera todo
alguna vez, al menos un momento,
tarde o temprano vuelve lo perdido:
me lo encuentro al doblar cualquier recodo,
es perfume o canción que trae el viento.
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Autor:
Juan de Marsilio (
Offline) - Publicado: 13 de diciembre de 2013 a las 07:27
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 53
- Usuarios favoritos de este poema: wicttor, fugitivo de las letras, santos castro checa

Offline)
Comentarios2
Da mucho que pensar amigo!
Un saludo
Hermoso soneto para meditar que siempre volverá lo perdido...
Saludos fraternos
Rudavall
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