Creí no estar inspirado... Entonces te ví...

Estoy sentado cara a cara delante del ordenador. Tengo que escribir lo que siento por ti, pero no tengo palabras, sentidos ni ganas de hacerlo, aunque algo me obliga. Ahora miro tu foto para intentar inspirarme… en parte, lo consigo, pero sigo sintiendo ese vacío espiritual que tengo ahora.

Me siento tentado a olvidarte, pero no puedo. Parece que debo seguir escribiéndote “otro texto más” hasta que (improbablemente) descubras que tú eres mi inspiración. Aunque es solo por mi culpa. Si no me atrevo a decírtelo es por miedo. Miedo a que te des cuenta como me he dado yo de que nada tiene sentido, de que esto no es amor, es capricho y nada más.

Lo creas o no, te equivocarías. No sé por qué, al fin y al cabo yo tampoco sé lo que siento, pero lo tengo dentro y me hace cada día más difícil de entender. Me levanto todos los días pensando en lo que voy a hacer, y en cada momento estarás tú. Seguramente no estarás presente, pero no abandonaras mis pensamientos.

Sé que no sabes quién soy, y también sé que, en este momento, no significo nada para ti, pero tú, por el contrario, lo eres todo. Puedes pensar, y seguramente lo harás, que exagero, pero no es verdad. Paso mucho tiempo solo con mis pensamientos, y, te guste o no, tú estás en cada uno de ellos… Por ahora no tengo más que decir…

Sé que no es poético, que no rima, que no hay comparaciones preciosas ni ninguna chorrada de esas… Simplemente, quería decirte que te amo.

Simplemente quería decirte que, aunque no sepas que eres tú, y no te imagines que me puedas “gustar”, deberías saber cuánto te amo