Primer amor

Alberto Moll

 

Silvia está enamorada. Se estremece y suspira.

Se siente extraviada y en instantes delira.

Silvia se ha transmutado en una tierna hoja

que pende temblorosa del árbol del amor.

Su alma está turbada. Su rostro se sonroja,

un punto palidece, mas retorna el rubor.

 

Tan solo trece estíos de soles luminosos

por su vida han volado cual eventos jocosos.

Apenas aún sus ojos vislumbraron la vida

y apenas de este mundo conoce la aspereza,

pues en suaves vapores de terneza mullida

su niñez fue arropada, ausente de tristeza.

 

Era feliz y alegre su plácida existencia

entre infantiles juegos y cándida indolencia.

Pero un día de mayo -¡nunca mayo naciera!-

sus ojos virginales quedaron atrapados

en el rostro radiante, la mirada hechicera,

de un joven descendido de mundos encantados.

 

Y ese joven le ha hablado. Y su voz ha acrecido

con ecos transmundanos el incendio prendido

en el alma de Silvia, que ya vuela inflamada.

El imán amoroso germinó en nuevas citas

de estos adolescentes de emoción desatada,

y juntos descubrieron delicias inauditas.

 

Y Silvia ya no es Silvia... Silvia vibra aturdida...

En su espejo se mira y ve brillar la vida.

Donde antes veía casas y calles transitadas

ahora solo ve lirios, jacintos y amapolas.

Y todas sus vivencias las siente arrebatadas

como por un tsunami de apasionadas olas.

 

Sueña estando despierta en paraísos fulgentes

y sueña soles nuevos en sus horas durmientes.

En la noche le alumbra la lumbre de su amado

y, de día, su aliento sobre sus labios siente,

que esos primeros besos que Amor le ha regalado

han abierto gloriosa su flor adolescente

 

Silvia flota entre sueños de cielos fabulosos,

coloridos ensueños y cantos voluptuosos...

¡Sigue soñando, Silvia! ¡Soñando claridades!

¡Que aunque un día tus sueños expiren tristemente

y enfrentes la dureza de crudas realidades,

su luz en tu memoria brillará eternamente!

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Comentarios2

  • El Hombre de la Rosa

    Hermosa forma de versar tus personales sentimientos estimado Alberto Moll
    Ha sido un placer leer tus hermosas letras
    Saludos de afecto y de amistad
    Críspulo el Hombre de la Rosa

    • Alberto Moll

      Muchas gracias, amigo Críspulo. Sabes que siempre agradezco tus amables comentarios.
      Un cordial saludo
      Alberto

    • EDUARDO FAUCHEUX

      Silvia es el ejemplo concreto del desarrollo humano desde su nacimiento hasta su vejez. En una rapidísima hojeada de la vida de una persona, incluyendo el milagro del enamoramiento y la pasión, hace con un particular encanto poético una descripción detallada del sentimiento del Amor y de la vital sustancia necesaria para la procreación y la continuidad de la especie.
      Pero... amén de esto, deja usted bien en claro -y esto es lo que principalmente rescato como loable- que la memoria es el punto crucial en donde uno deposita el combustible para mantener viva la Felicidad. Los recuerdos, como esas viejas y amarillentas fotografías que nos despiertan las antiguas alegrías, son nuestra materia prima que nos hacen revivir aquellos pasados sentimientos.
      Muy buen poema, mi amigo.

      • Alberto Moll

        Muchas gracias por sus positivos comentarios y sus interesantes reflexiones sobre el tema.
        Un cordial saludo.



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