LXX
Cuan jocoso el ritmo de las ninfas
En el éxodo de los desvalidos
Pudo detruírme a la vez mis vendas
Despatriado y menos amoroso
De nada el vértigo de las cosas
Se hizo inamovible a la vez
Que le mordí la mano a mi amo
Con más arrepentimiento que gozo
Y así caí en la poesía
Y caído como un vagabundo
Empecé a caer en otras trampas
Y cada día desde ahí mismo
Creyeron que yo no estaba loco
Y de ellos fui el mejor ateo
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                        Autor:    
     
	Alex Sandman (Seudónimo) (
 Offline) - Publicado: 13 de octubre de 2013 a las 04:11
 - Categoría: Sin clasificar
 - Lecturas: 40
 - Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, mariarl
 

 Offline)
			
Comentarios1
Gratificante la preciada lectura de tu bello poema amigo Alex Sandman
Abrazos de sincera amistad y afecto
Críspulo el de la Rosa
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