Un día de pesca

Donaciano Bueno

Un dia de primavera,
no quiero decir el día,
atravesé la pradera,
me aposenté en la ladera
del riachuelo a la orilla,
un afluente del Duero,
-revoltoso y bullanguero-
que recorre la Castilla.
desde Aranda hasta Arandilla
atravesando Zazuar,
San Juan, Peñaranza y Alcubilla.

Y cual si fuera un truhán,
me ajusté bien el sombrero,
le hice un brindis al sol,
abrí raudo mi zurrón,
saqué mi anhelada caña
de pescar. Y con la maña
que me aporta la experiencia,
cogí con mimo el anzuelo,
e introduje bien el cebo
¡qué buena que es la lombriz,
cómo me gusta la mosca!.
Tomé impulso y con denuedo
la lancé con virulencia,
tocó el agua e hizo clic
y redibujó una rosca.

Ya con semblante feliz
me tumbé placidamente
deslizando mi sobrero
hasta cubrirme la frente,
disfrutando del ambiente,
de los pájaros trinar,
del perfume de las flores
-su color y sus olores-.
Até la caña a mi dedo
para que los peces al picar
me pudieran avisar.
Y me puse a dormitar
¡de placer casi me muero!

Fué entre soñar y soñar
que percibí un tintineo.
Guiño un ojo y qué es lo que veo
¡una fabulosa trucha
se postraba ante mis ojos!.
¡No crean, no era un señuelo,
ni era preso de mi antojo!
Tiré fuerte de la caña,
recogí raudo el cordel,
inspiré con gran placer,
de emoción sentí el mareo.
¡Oh, dios! ¡No me lo creo! 
Delante mi estaba él
objeto de mi deseo.

¡Cómo me gusta pescar!
¡Cómo me encanta ir de pesca!
Siempre renuncio a la siesta
para poder disfrutar
del olor de la floresta,
de esa agua cantarina
que interpreta la corriente,
y esa música divina
que inunda todo el ambiente.
¡Cómo me hace disfrutar!
¡Cómo relaja mi mente!

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  • Autor: donbuendon (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 5 de octubre de 2013 a las 05:28
  • Categoría: Naturaleza
  • Lecturas: 98
  • Usuario favorito de este poema: El Hombre de la Rosa.
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Comentarios2

  • Rafael Perez Ortola

    Mira por donde
    aproveché para el disfrute de esa tarde de pesca.
    Sin caña y sin río,
    sólo con el placer de la lectura,
    aunque esa renuncia a la siesta
    me intranquiliza.
    ¿Placeres menguantes
    en tiempos enervantes?
    Saludos

  • El Hombre de la Rosa

    Grata la lectura de tu genial poema amigo Donaciano Bueno
    Saludos de amistad de Críspulo



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