TE MIRO, TE PIENSO, TE SIENTO

Kléver Eduardo Jimbo Paladines

Te miro a lo lejos, las campanas suenan y entiendo que queda poco tiempo, un sudor frio envuelve a mis manos, un vacío por dentro, nervios. Bajo las escaleras, te observo, me acerco a ti desentendido, digo tu nombre, lo repito más alto, tu dulce mirada se dirige hacia mí, clavándola en mi pecho. Tú esperas, saco mis manos de los bolsillos y te abraso con fuerza, te aferras despacio, me miras de nuevo, no hace falta hablar de nada, pues nuestros ojos lo dicen todo, te miro, te pienso, te siento, estamos juntos. Te miro, te pienso, te siento, no hay como decir nada, pero en susurros escucho dos palabras provenientes de tus labios tiernos –es todo- dices y te apartas, no podre describir lo que siento “es todo” pero si lo nuestro aun no comienza. No entiendo, me siento débil. Con una mano acaricias mi rostro y tus ojos se llenan de cristalinas gotas, tu cabello lo recoges como si ya no te importara, la sonrisa que tenías se ha esfumado y un mar de lágrimas recorre tus mejillas sin previo aviso.

No sé qué pasa, la melancolía llego a tu cuerpo sin decirnos nada, respirando deslices de tristeza pronuncias mi nombre y caes a mis brazos. Sigo sin entender, sigo como sonámbulo -La noche de ayer soñé contigo y las flores, desde entonces, son más lindas- Digo para que reacciones y porque en realidad lo sentía, pero sigues sin hablarme, solo me abrasas más fuerte como si mi vida se acabara en aquel instante. No entiendo, no entiendo, solo te miro, te pienso, te siento. Es lo único que puedo hacer. Pasan los minutos como si fueran años, te tomo la mano y la entrelazo a la mía, tú accedes y das un suspiro, al estar contigo me siento débil, mis manos, mi cuerpo. Siento que es un sueño que se apodera de mí, estoy un poco débil, mis ojos se van cerrando ligeramente, no entiendo.

Al cabo de dos minutos las campanas nuevamente, ya no hay tiempo, escucho tu voz repitiendo mi nombre, y el llanto de tu madre y la mía, aun siento tus dedos entre los míos y las lágrimas mojan tibiamente mis labios. Entonces se abren las puertas, escucho más claro, un susurro al oído que dice –es todo, se ha marchado- no entiendo aquellas frases. Me falta el aire, a lo lejos alguien canta, y siento que estoy bajando. No entiendo pero te miro, te pienso, te extraño.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios2

  • evaprestes

    Estoy profundamente conmovida por este bellísimo texto poético. Hace poco se murió a mi lado alguien que compartió mi vida veinte años, y se me ocurre que habrá sentido lo mismo, que te mandó la inspiración para escribirme todo esto. Te dejo un abrazo mojado de lágrimas.

  • mariarl

    hermoso sentir mi niño



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.