El corazón manda. Tercetos encadenados

“EL CORAZÓN MANDA”

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Siempre es el corazón el que me  manda

y me veo obligado a obedecer,

cuando de amor se trata, se desmanda.

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Tal cuestión jamás pude yo entender,

no puedo batallar y lo deseo,

culpable es esta forma de querer

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que en ti me tiene preso, soy tu reo,

un esclavo maniático hacedor

del dorado en tu piel que yo bronceo,

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de versos, en tus ojos rimador,

 de caminos que anhelan tus pisadas,

de tus labios malvado pecador.

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Vagabundo en tus manos irisadas,

el tronco calcinado de tus llamas,

las ansias de un amor hoy enclaustradas.

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Soy sangre que hierve pero no reclamas,

rojas venas que manan en tu fuente,

soy en tu pecho sordos pentagramas.

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Música sin sonar lo suficiente,

una guitarra huérfana de cuerdas,

en tu río soy pues, mísero afluente.

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Veleta que no quiere que te pierdas,

fallecida en la brisa de tu aliento

que espera un beso tuyo si te acuerdas.

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Poeta que se muere en tu sarmiento,

poeta que sin tu alma es infecundo,

poeta de tus lágrimas sediento,

poeta que hoy te escribe moribundo .

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Carles C. 16/IX/2013