Nada más ve a hacerlo

Si es por tu bien, nada más ve a hacerlo

no preguntes porqué, ni le digas que luego

eso hará una diferencia justo apenas hecho

tu vida será distinta sólo por ser dispuesto

 

¿De qué sirve la luz del genio, si se queda quieto?

¿Qué importa que pique la cascara un poema,

como lo hace el pollito desde su cuna, adentro?

Si no corro y lo escribo, y no que me venza el sueño.

 

Vale la palabra como un sueño en blanco y negro

y sin duda vale como informe del cumplimiento

pero la acción hace realidad los sueños

Práctica y acción es la vida, la teoría el recuento

 

Serás sabio pronto si haces las cosas a tiempo

el puente que hiciste hoy, te ayuda a pasar mañana

nuevos campos y gentes tienes oportunidad de ver

Se ven nuevos horizontes desde el que lograste ayer.

 

Sólo ve y hazlo, no te atrases más, no lo pienses

llama ya y visita mañana a la gente que amas

ve y pide el perdón que hace tiempo tienes pendiente

Las buenas intenciones piden cumplir la misión que tienen

 

¿Qué da la respuesta terca y el orgullo desobediente?

Es preferible la sencillez, invisible y diligente

que la inteligencia arrogante, con la vida pendiente.

Por ahí se sabe que el fracaso sólo fracaso cosecha.

 

Traza un mapa de horizontes y camina sin detenerte

imagina sueños, y mírate ahora como quieres verte

los planes sólo son para andar la ruta del tiempo

lo que importa es tu paso y tu acción persistente.

 

El pasado bueno que inspire nuevos tiempos

si fue duro que sea modelo de lo que no se quiere

que él no gobierne con amarguras y venganzas

El está muerto, donde todos los pasados duermen

 

Somos viajeros de un segundo de eterno presente

El pasado deje su obra ululante de fantasma doliente

su manual de culpas y las cosas que no debieron ser

Si viene sabio que venga, o siga en su país del ayer.

 

No hay un mundo o tiempo donde exista el futuro

nada con su nombre puede aparentarse monstruoso

anunciando cataclismos y finales pavorosos

Somos domadores del tiempo en el corcel del presente

 

Y un día cuando la luz de nuestro ojo se apague

y lentos devolvamos la última respiración que usamos

sea el último kilo de energía una sonrisa a la existencia

y la frase segura “voy hacia Ti mi Señor Omnipresente”