Hermoso carnicero.

Hermoso Carnicero.

Tocar y alejarse… tocar y desear tenerlo en tu poder. En un frasco.

No poder dejar de pensarlo una y otra y otra vez. Toda la noche nos aqueja el deseo insano de movernos y encontrarlo expuesto para poder poseerlo sin complicaciones… entre las manos, en la obscuridad y  satisfacer las necesidades.

Tocar y limitarse. Llegara el momento… tocar y exponerse. Es demasiado arriesgado. Tener la virtud de la paciencia y esperar. La luna y las navajas trabajan juntas, en sus labores afiladas.

No puedo dominar mas la pasión, así que tendré que abandonar la contención y adentrarme a la lujuria de mis obras… la sangre y la cinta aislante trabajan juntas en sus labores secretas de placer infinito donde me regocijo iluminado. Huir de la resequedad y buscar desesperado entre las calles la materia primas de mis actos terribles que incluyen azulejo. Carecer de tiempo y hundirse en la tentación.

Tocar y disfrutar… tocar y actuar. Al final solo un par de bolsas de plástico. Y el deleite. Por supuesto

Tocar y recordar… la sangre; un pequeño trofeo rojo… tocar y querer más. Las esperanzas de terminar pronto.

La dulce perfección de un trabajo bien hecho. La carne dispuesta a ser empaqueta para ser abandonada con forma de un crimen anónimo. La carne recién mutilada y la forma en que se apila un pieza sobre otra… una vez que está limpia y puedes respirar su nuevo aroma; Cloro y la peste hermosa de la muerta. Las flores y la sangre desaparecen pero conservo un poco, siempre, cada vez que sofoco el hambre, queda dentro como recuerdo de mi hazaña inhumana. Dentro de un frasco. Mi adorado recuerdo.

Deshacerse de los desechos… preciosos intestinos de textura disfrutable. Carne troceada con la habilidad maestra de un carnicero sediento… tocar y saciar la sed. Así es. Estoy satisfecho.

Soy arrastrado por mis cuchillos… tocar y llega de nuevo el momento.

Me dejo llevar por los gritos de ansiedad. Matar. Matar para amansar la carencia de algo. Matar por diversión. ¿Por qué no?  Me gusta lo que hago… tocar y trasformar en algo lleno de belleza.

La urgencia de mis herramientas. Mi urgencia y acudo silencioso hasta mi victima… tocar y jugar por la noche. Toda la noche… fragmentos de mi ausencia. Me alegro y la luna se alegra.

Bailo extasiado y gozo y mi goce es máximo y quiero más, mas para poder seguir bailando… tomarlo con calma. Ya vendrás más días de recreación… tocar y exigir más…tocar y las partes cercenadas, frías del cuerpo usado…tocar y llegar al punto de sentirse frustrado. Tocar y ya no es suficiente y entonces buscas un enfoque diferente y sabes que algo falta, algo novedoso, algo diferente con que poder sentirse saciado de nuevo… pero no sabes qué.

Mirar los trofeos que has coleccionado y llegan, desde el fondo obscuro de la mente pervertida, las reminiscencias de cada sesión de acción con el acero y las cuerdas… tocar y cansarse de los mismos estímulos… tocar y perder el camino. Ya no se que mas podría hacer… tocar y probar algo nuevo.

Alicia en el país de la maravillas… así me sentí; como la pequeña Alicia dentro de un mundo ignorado donde todo es bello y todo es grato. Provechoso… Alicia y la controversia de tener que volver. Yo no quiero volver. Alicia donde las flores cantan… quiero escuchar a las flores y sus consejos… están llenas de odio, llenas de ideas y de pensamientos que no nunca imagine… Alicia y el carnicero… encuentra la niña e invítala a tomar té de fresa, de menta para nunca poder dejar de convivir con las malvadas flores de impureza admirable… Alicia. No la Alicia de Carroll. Mi propia Alicia y mi propio mundo de maravillas.

Hermosa niña que bien te vendría la disección para después llenarte de flores. De las flores del jardín. De mi jardín Alicia…

Tocar…. y las pequeñas partes que caben en una sola bolsa… mi preciada niña que me ha regalo nueva inspiración... tocar y seguir al conejo blanco.