Siluetas

Amadeus

Siluetas

Dentro de la noche los ojos no sirven para nada. Solo puedes ver el viento, sentir el frio y mientras todo está negro el ambiente se hace más cálido. Qué diferencia en esta oscuridad hace tener la mirada nublada o tenerla despierta si todo se ve vacio. Entonces entre nublada y despierta te reconozco. Sé que tus manos se pierden en mi cuerpo, que me acaricias con tus ondas castañas y las respiraciones se hacen más cortas, más rápidas. La noche logra que mi mente se vacíe y toma control sobre mi. Quizás entre el vino, el humo y el negro se cuelan mis pensamientos, no sé. Tu sombra flota sobre mi, entonces apareces tú. Ahora ambos me controlan, ambos me tocan. Para este momento tengo la consciencia viva y rota, entro en razón y pienso por dos minutos. Ahora es tarde ya; alguien invade mi garganta y me dejan sin aliento. Mis manos no quieren ser parte del pecado, pero mi boca se desquita todo lo maltrecho. Son como medusas que me alborotan la imaginación. No puedo creer lo que veo, sentirlos. Creo que he enloquecido… me gusta. Se hace luz por un momento y tengo manos gruesas sobre mi cuerpo. Siento tu mirada quemando nuestras pieles. Vuelve a haber un momento de luz entonces me tomas y me ahogas con tu lengua. Vuelvo y pienso; te tengo, no lo puedo creer. Estamos sedientos y la noche no acaba. Nadie acaba. Entre tres se hacen danzas compartiendo parejo. Compartiendo el espacio en la cama. Soy objeto de lujuria. Solo se ven mis aceitunas brillando entre gemidos compartidos. Soy la noche violada. Virginal en un mito. Soy la que comparten. En tu mirada veo lo que deseas, veo tus tentaciones y veo, oh como veo tus miedos. Ese es mi secreto. Te entrego mi mirada, eso será lo único. El cuerpo abstracto que reclaman es solo un fantasma. Es más fácil estar con él y no sentirte. Inocente en mi mente no quiero faltarle el respeto a tu cuerpo. Él, corto. Tú, profunda. Y yo, distante. Entre caderas y seis manos se van entregando las penas de a poco. Se lo que quiero, pero no lo creo. Que ingenua fui, ahora pagare las consecuencias. Quien terminó primero, no sé. Antes del alba es cuando más obscuro esta. Todos germinamos antes del alba y el rubio nos permitió descansar. Como elemento impar del conjunto, me regreso a mi universo y quizás me busquen de nuevo como complemento. Solo sé que esta ecuación queda resuelta en dos y entre siluetas me escondo. 

  • Autor: Amadeus (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 9 de septiembre de 2013 a las 21:31
  • Categoría: Surrealista
  • Lecturas: 51
  • Usuario favorito de este poema: La Barroca.
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