Hace algunos días, decidí dar un ligero paseo por aquellos lugares que no frecuentaba, por estar alejados de mi residencia.
Os diré,que mi sorpresa fue enorme.. las casas allí edificadas, reflejaban cierta tristeza; de sus jardines, no se percibía aromas de jazmín, ni tampoco la fragancia de las rosas.
La vida está cambiando a pasos agigantados. Las personas ya no disponen de tiempo debido a sus ocupaciones laborales, pero esa no es la única causa, creo que no les apetece dispensarle los cuidados a las flores como sucedía años atrás..
Las pocas personas que encontré en el transcurso de mi corto paseo, tenían la mirada perdida, vacía, como ausente..
En sus rostros se notaba tristeza, desazón, aburrimiento, cansancio...
Hasta el mismo aire se muestra enrarecido!!
Las pequeñas plazuelas,- tiempo atrás muy frecuentada por los vecinos-, estaban desiertas, ya no hay tertulias, ni cambio de impresiones, ni interés por saber como les va la vida a los vecinos de siempre.. Se ha roto el trato humano y la agradable convivencia.
¡La propia sombra de la tarde, está triste y carente de compañía!!
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Autor:
emiliodom (
Offline) - Publicado: 7 de septiembre de 2013 a las 03:28
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 46
- Usuarios favoritos de este poema: El Hombre de la Rosa, .
Offline)
Comentarios2
Bello escroto en prosa amigo
Saludos y amistad
Amigo Emilio, realmente el mundo cambia cada día; y a medida que cambia, nos vamos sintiendo ajenos al mismo, haciéndonos extrañar tantas cosas bellas de las que disfrutábamos cuando niños. Los campos verdes han sido sustituidos por grandes ciudades sembradas de concreto y asfalto, con grandes plazas donde se conglomeran grupos de personas, que paradójicamente, lucen solitarias.
Es común ver como los valores han cambiado. Ahora preferimos chatear por un teléfono, que estrechar la mano de un amigo; preferimos majestuosos autos personalizados, que caminar al compas de un ser querido a orillas del camino; una casa es hermosa si cuesta muchos millones, no ti tiene bellos jardines, cultivados con amor. Las tradiciones se han perdido, lo que fuimos siempre es más sano que lo que somos. Criamos nuestros hijos en un espacio hostil, lleno de riesgo, donde el peligro asecha, donde la vida ya no vale nada, y la regla universal es desconfiar de los demás. Los lugares han cambiado amigo Emilio, es porque la forma de pensar de los seres humanos ha cambiado, y lo peor, es que no es para bien.
Encantado de intercambiar impresiones contigo, querido amigo.
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