sigilo - 2 el NERVIO HUMANO

RICARDO ALVAREZ

SIGILO

 

 

Temblor de cuerpos,

dos labios de fresa cultivada

cobijan como celosas redes

el capullo en el cerezo.

Placer lento en las palmas,

en la hoja dulce del pimiento.

Retomo el abismo de tu boca,

me fundo

en la humedad de tu lengua,

y entiendo porque dios

no lo halla en pecado,

y Satán sin poder

me mira envidiado.

 

Voy habitando

de ecos y gemidos tu cuello

que es mi garganta de boca.

Mientras el vértigo

de los truenos

calla el mínimo sonido

te copulo con mirar sombrío.

Te nutro de aliento agitado

mientras tibiamente reposas en sigilo.

2- EL NERVIO HUMANO

 

Dichoso de envida el hierro

 sin nervio sensitivo,

la roca y su mineral anestesiado,

dueña de la dureza

sin párpados para el llanto/

 

¿Quién le ha preguntado al corazón por su dolor?

 

                         ¿Que sabe el yunque del dolor de la carne.

                           Ni la sombra del espanto del alma magullada?

El nervio oculta su negro abismo

de serrucho tras el humo del camino,

mientras la vida sigue su paso fúnebre

se va suicidando a la tumba del ladrillo

ignorando las agujas del sendero.

De los rojos brezos transformados

a los olores ciegos del asaro,

como dos columnas de coléricas flores/

 

Sus pies arrastran la helada valija

del equipado sepulcro y

no basta el rumbo cierto del orden

en la catástrofe sensitiva/

como persistente sádico

baja su martillo al nervio dolorido

y se pronuncia con voz fatal

en el  clamor ajeno,

bajo gélidas sabanas.

Aun en cicatrices hurañas.

Brazos fortalecidos muerde,

arrojando yunques sobre hombros

de cúpula roída.

Tiene sordos oídos sin conexiones,

 en los campos del anticipado luto,

el nervio es amo absoluto.

 

Todos los derechos reservados en safe creative

  • Autor: RICARDO ALVAREZ (Offline Offline)
  • Publicado: 19 de agosto de 2013 a las 22:47
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 37
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