Si tu pudieras...

Donaciano Bueno

Si tu pudieras...
erguir la vista al cielo mirando al infinito y en un esfuerzo extremo abrir bien los pulmones
al aire fresco, puro y limpio de la sierra, verde esperanza, blanca de nieve, sin contaminaciones.

Si tu pudieras...
dar con la puerta en las narices a esos revendedores de sueños imposibles que cada día, sin permiso, se introducen en tu casa,
gente de medio pelo, sabuesos, vividores y hasta presentadores, que te desprecian y lanzan su señuelo y en cambio viven de ti que eres la masa.

Si tu pudieras...
conservar tu cabeza lúcida cuando todos a tu alrededor la pierden y te colman de alabanzas o reproches,
obviar las opiniones, huir del laberinto que forman los profetas, de púlpitos santones, aduladores, embaucadores, falsos predicadores.

Si tu pudieras...
en un esfuerzo casi imposible aislaste de todo lo que en el mundo te rodea que no te quiere o entiende e intenta impedirte que puedas elegir,
evitar las tentaciones de ruidos, ronroneos y susurros de gorrones que te intentan seducir, sin dejarte influir.

Si tu pudieras...
pasar de las soflamas de aquellos que se dicen gobernantes de la gente, que a sí mismos pomposamente se autoproclaman salvadores,
objetos de traiciones, sujetos de luchas intestinas, parásitos, sabuesos, impostores, obsesos manipuladores, rehenes de su propias ambiciones.

Si tu pudieras...
mirarte en el espejo cada día y verte guapo o guapa y dar un salto de alegría, y a su vez rascar en el reverso del cristal y observar como tu faz desaparece
como por arte de magia, volver a la realidad, de tus luces y tus sombras, y descubrirte a ti y sólo a ti y olvidarte del resto de la gente.

Si tu pudieras...
soñar sin que los sueños te dominen o fagociten tu capacidad de pensamiento, poder compaginar en un solo momento
los sueños, ilusiones, esperanzas, deseos de vivir y convivir con los razonamientos.

Si tu pudieras...
encararte a partes iguales con el triunfo y el fracaso, dando el mismo trato a ambos impostores, si fueras capaz de echarles un pulso a cara o cruz,
y volver a empezar una y mil veces con la misma ilusión que el primer día observando fijamente la rendija por donde entra la luz.

Si tu pudieras ser tu y sólo ser tú...
si todo esto tu pudieras, habrías, por fin, ganado noblemente la guerra de la vida y, al final de esta batalla,
descubrir el placer del triunfo personal y disfrutar de todos los manjares que da la libertad de aquel que no mira al tendido, come y calla..

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  • Autor: donbuendon (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de agosto de 2013 a las 05:15
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 83
  • Usuario favorito de este poema: El Hombre de la Rosa.
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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Las palabras que engarzan tu genial prosa brotan felices de tu pluma amigo Donbuendon
    Saludos y amistad
    Críspulo de España



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