RECUÉRDAME... AUNQUE SEA PARA MAL.

elrincondeeloisa

 RECUÉRDAME, ... AUNQUE SEA PARA MAL.

Es Jueves en un casi olvidado lugar de Murcia. Tengo prisa por llegar a mi casa para  salir de nuevo. Voy a sacar a Rubia para que bajo la luz de la Luna y la humedad de los huertos abandonados, corra y se enfade un poco con algún gato callejero; hoy la espera un paseo mas breve. La vestiré con su jersey de rayas a colores, la rascaré un poco detrás de las orejas y saldremos a pasear. Tengo prisa por regresar.
Hoy es Jueves de Noviembre, el último Jueves del mes, y como siempre si nada lo impide, me acercaré a escuchar el recital de poemas o relatos de los escritores de este pueblo, igual que hacía en mi ciudad hace unos años cuando sin apenas darme cuenta me encontré, no se como, recitando los Jueves y algunos Sábados, con mis compañeros del Ateneo Literario.
Aquí, en este lugar perdido de Murcia, no recito, no son estos mis compañeros, no me tiemblan las piernas y las dedos de las manos cuando levanto la mirada y un montón de ojos me miran esperando a que comience. Aquí, solo soy una oyente mas, de último Jueves de mes, de fines de semana, de las últimas filas...
Rubia y yo estamos de vuelta. Me cambio de ropa aprisa; fuera vaqueros estampados de pezuñitas polvorientas por la tierra del camino. Tengo preparada la falda naranja y una camisa, las botas y todo lo demás en color marrón, para no desentonar con ese grupo de oyentes algo maduros de cada Jueves último de mes.
Atrás dejo la silla giratoria del despacho, el ordenador, las sonrisas y saludos amables para unos y otros que apenas conozco y con quienes nada me une.
La sala está algo alejada de mi casa, en la parte alta del pueblo y el camino hasta allí es inclinado y la noche se ha cerrado; no hay nadie en las calles, ni  ruido de conversaciones, ni las risas de los niños que se oyen horas antes cuando salen del colegio. Iré en coche si quiero llegar a tiempo, antes de que los asistentes comiencen a moverse nerviosos en las butacas, llegaré cuando todos estén mirando al frente, al escenario.
El ordenanza me saluda levantando la mano y aprovecha mi llegada para acercarse a la sala a escuchar de cerca el relato que se cuenta.
Me gusta sentarme en las últimas filas, pero esta noche están ocupadas aunque la sala no llega a estar medio ocupada, y tengo que buscar butaca mas abajo. Después de colgar el bolso en el asiento delantero y quitarme la chaqueta con cuello de pelo, para poder soportar el calor que allí hace, la casualidad, el azar que siempre está presente en mi vida para lo bueno y lo malo, lo vi a él en la butaca de la fila anterior. Allí, delante de mí estaba él sentado, mas bien recostado,con el cuerpo inclinado hacia el lado izquierdo  como si le pesara, como siempre lo ví sentarse en los años que estuvimos juntos.
Presté mucha atención al relato que contaban y despues comenzaron con otro.
No sabría decir que le ocurría, pero si como le ocurría. Estaba nervioso, inquieto, como una lagartija en un jaulita pintada en dorado, que no de oro. El asiento  se le hacía duro como si fuera de vasta madera.
Quizás presintió algo, a mí detrás de él, escuchando y observando y pensando y recordando todo lo que vivimos juntos durante 7 años y medio.  Quizás, el sintió lo mismo que yo cuando él días y meses atrás estaba presente creyendo que no lo sentía. 
Recuerdo las tardes o noches en que me acercaba este verano hasta la casa de alguien que quise tener por amiga, pero fue tambien mi vecina, su vecina, allá en la huerta, tierra con tierra, valla con valla, saludos en pijama con el vaso de café en la mano. Esos días de este último Julio y Agosto en que cenábamos juntas solas o con amigos en el porche de su casa, y yo siempre me sentaba de espalda a la valla para evitar mirar al otro lado, al lado que fué mi casa unos años.
Tal vez ahora el esté sintiendo lo mismo que sentía yo cuando esas noches, de repente me cubría una desazón y un mal fario,  que dicen los supersticiosos, y tenía la sensación de estar enferma, hasta que ella me comentaba, me respodía con poca voz para no ser oida: ¡Quieta ahí, no vuelvas la cabeza y sigue hablando normal!- Era entonces cuando ella me contaba que él, quien hoy está un escalón por debajo del mío, sentado en esa butaca que se le hace incómoda, estaba escondido entre sus azaleas, la higuera, y los manzanos, mirándonos, al amparo de la noche a veces muy tardía, escuchándonos, tal vez quieriendo descubrir si  tal vez era nuestro tema de conversación. Y yo, me sentía mal por ello; también la silla me hacía dura y las manos se me volvían inquietas.
Se ha cortado el pelo hace pocos días y creo que ha estrenado gafas. Lleva su vieja chaqueta americana azul marinoque le gusta ponerse cuando cree que debe vestir bien.
El relato que escucho ahora trata de una historia de tres; de como dos hicieron para desenbarazarse de un tercero. Pero tambieén cuenta como vengarse de quién no supo ofrecer lo poco o mucho que pudiera dar, de alguien que prefería vivir sin ayudar a vivir, de alguien que creyó tener el mundo en sus manos y las personas a sus pies, de alguien que quiso tener todo sin dar nada. Y también puede ser que cuente sobre como una persona puede ser capaz de separar a otras que estaban unidas aun con sus defectos, que son en realidad libres de aceptar, influyendo negativamente en su relación, personándose como el ángel liberador que le concederá todos sus mas secretos deseos.
Estaba nervioso. Conozco bien esos gestos, ese comportamiento suyo mientras escuchaba o hacía que escuchaba el relato sobre tres; sus brazos no podían estar quietos cambiando de postura una y otra vez, su cabeza plateada no encontraba la posición justa, sus dedos iban y venían de las gafas a la barbilla, como si creyera que se fueran a caer; su mandíbula por el lado izquierdo, como siempre, era un constante cojín donde sus delgados dedos jugueteaban, y sus tics causados por la inquietud se hacían evidentes.
Tal vez, pensé sientiéndome a cada momento mas tranquila, si el relato que escuchaba le traía a la memoria la versión de su propia vida siempre a tres bandas, siempre temorosa de una posible venganza, siempre pendiente de ser lo mas importante, y siempre, olvidandose de todos.
He salido a fumar un cigarro entre relato y relato porque hace mucho calor en esta sala. Estoy pensando en marcharme para que mi presencia, involuntaria en inconscientemente, deje de perturbarlo. Ya lo hice alguna otra vez en otros Jueves de fin de mes, y en el desfile, en las fiestas del pueblo, y en el supermercado, y en el mercado de los Viernes, cuando lo ví con ella. Pero esta vez no. Estoy en mi sitio, en mi butaca cogida al azar, escuchando relatos mas o menos agraciados, esperando a que termine el acto para que el ordenanza me despida hasta el Martes próximo que acudiré a la biblioteca a leer.  Estoy aquí porque me gusta estar.
Ha terminado la lectura. Me entretengo a despedirme de alguna gente que ni siquiera conozco su nombre, o lo he olvidado, pero que esos Jueves y otros días mas coincidimos allí, y me dirijo al coche. Mientras abro la puerta, él vuelve a estar cerca, caminando con pasos cortitos y rápidos como si tuviera prisa y sortenado coches para no pasar junto al mío, que resulta, está demasiado cerca del suyo, aunque no me percaté de ello al llegar. Camina  con aire altivo, orgulloso y la mirada desviada a cualquier parte. Y el pensamiento, ¿Donde?.
Su coche circula tras el mío por todo el pueblo. Y no tengo prisa por llegar. Ya no puede mirar y escuchar de nuevo entre sus árboles, porque ya no me encuentra allí, al otro lado de la valla. Ya no puede preguntar porque nadie hay que le responda sobre mí. Solo puede, seguir viviendo y volver a repetir la historia a tres bandas una vez mas, seguir pensando en el. He llegado a mi calle, a mi casa.

  • Autor: Eloisa (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 14 de diciembre de 2009 a las 04:12
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 100
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Comentarios4

  • Violeta

    niña como escribes......impesionante muy bien te felicito...besitos

    • elrincondeeloisa

      Hola Violeta. Muchísimas gracias por tus palabras. Como ves, en esta ocasión un poema no me parecía suficiente para tantas palabras como debía poener ¡Y las que añadiría....!
      Encantada de conocerte y FELICES NAVIDADES

    • Mafeer

      WOW 😀
      SIN PALABRASS

      • elrincondeeloisa

        Hola MarferR. ¿Sin palabras....con tantas como he metido? Muchas gracias por leerme y FELICES NAVIDADES.

        • Mafeer

          jajaj no sin palabras por lo hermoso y lindo que me parecio 🙂
          no des las gracias mas bien es un placer para mi!!
          igualmente feliz navidad

        • Aries

          Impresionante, Eloísa. Me has metido en la historia totalmente, es mas, veía al sujeto arrimado al seto y pegando el oído de forma descarada, intentando (tal vez) ver tu derrumbe, tu caída...como suelen hacer los seres prepotentes y mezquinos.
          No se si es biográfico tu relato o no, no importa, en todo caso sería tu vida privada y tienes todo el derecho a preservarla pero lo has descrito todo tan bien que te aseguro es como si lo conociera,con sus poses y su pobreza moral, su vanidad y fatuo como él solo.
          Felicidades, amiga, eres buenísima escritora. Un abrazo.
          Aries

          • elrincondeeloisa

            Hola Aries. Estoy muy contenta con tu comentario. Sinceramente, cuando lo incluí, pensé que era un relato un poco sosito y sin interés, pero al parecer a la gente le está gustando, asi que, creo que pondré alguno mas por aquí. Gracias de nuevo por animarme a seguir intentanto esto del escribir. y FELICES NAVIDADES
            Por cierto, hoy voy a incluir otro relato sobre la pasada Nochebuena. Espero que tambien guste. Un beso.

          • Isaias Medina Lopez

            Me parece sumamente interesante el texto. Tiene un contenido muy humano y es muy sugerente: sus imágenes van del texto a la lectura y de allí a la imaginación. Espero el permiso de la autora para trabajarlo en clases, en la Universidad Ezequiel Zamora, en San Carlos, Cojedes, Venezuela.

            • elrincondeeloisa

              Hola Isaias.
              Me encanta saber que mis palabras encuentran significado en quien no soy yo; y me halaga, y me impulsa.
              No hay problema en que utilices estas palabras u otras mias cuando así desees. Intento recopilar mis poemas, organizarlos y darles un sentido en el tiempo para algún día editarlos por tratarse de experiencias personales; pero por ahora, solo son eso, versos que enseño en Poemas del Alma.
              Muchas gracias por haberte fijado en mí, elrincondeeloisa, Maite para quienes me tratan, desde un lugar tan lejano a mi casa.



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