Almohada de Plumas

Fernando Uribe

Una almohada de plumas

para el amante, para el enfermo

cuyo valle de dunas tiene en el pecho;

y rosa no florece,  rosa no germina.

Para el amante que dormita

entre versos de sangre,

Junto a corrientes sin vida

 


Sin sentencia ni escurrir palabras

digo, pues, que tu amor es destrozo y cimitarra

Cíclope de débiles barras;

mortaja apaciguada, hombre de poca brasa


 

Quiero el pecho de mi amante,

cuyo nervio constante acaricia mi rostro;

con ascuas de insomnio y asombro

le devuelvo el presente andante


 

¡Quién fuera esa brisa,

risa del viento entrante,

que pusiera en mi vientre amante

la pasión de una tonada vueltome trizas!


 

Una almohada,

de plumas de cisne

donde tú las tomes, insigne,

y recorras mis labios, de lana


 

Quiero la almohada que el ruiseñor dejó debajo de la cama

Así, juguemos que está extraviada

busquemos por dinteles,

por recámaras,

y donde se pose la música alada

bailemos un vals desnudos, amante sin leyes


 

¿Quién calló la boca del lucero de alba

que perpetuó la noche con silbidos de alondra,

susurros en prosa

y de verso la conversación malva?

La carta rasgada,

la carta sin nombre;

la posdata robada,

la posdata de hombre


 

Quiero una almohada de plumas bellas,

tersas cual caricia de sus dedos,

ajenas al celo de ellas,

pero ardientes como el sabor de sus besos

 



Oh, alma que en lloros de congoja eterna

ciernes la bandera de tu amor roto

abre, pues, las alas heridas de gemidos caverna

donde el alma y el corazón propician mi suicidio, donde suspiro y floto.


 

He sido herido, con arma de cuatro filos,

arma de voces luces y resplandor paradoja,

arma solemne de pliegues y finos hilos

arma que escupe, de mordaz cadencia, las últimas palabras de mis ojos que el papel moja.


 

Quiero una  almohada de plumas,

que repose en tu pecho, corcel de crines derechos.

Una almohada que pueda hallar hogar en tu espalda, libre de brumas

Tú, despojo magnífico del péndulo celeste naciente del jazmín lumínico, que ha dejado este cuerpo con varios placeres insatisfechos.

Quiero una almohada de plumas,

siquiera para dormir acompañado

date prisa, destello de valles azulados

que el dolor que mi amante ha dejado me hiere la boca,

me seca las manos.

Tiene mi alma clavada en pared que a mi sangre la esfuma.



  • Autor: Fernando Uribe (Offline Offline)
  • Publicado: 18 de julio de 2013 a las 01:19
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 625
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.