Un noche de pesca

nubialeda

Lejos de cualquier suposición, Lily era una mujer muy bella, con la cual muchos anduvieron persiguiéndola para casarse. Ella era bastante discreta, tenía un perfil bajo, delante de la gente.

Ahora de noche, ya no era necesario, la luna para atraer la atención de los pescadores. Es así que conversó con ellos durante el día y arregló para salir embarcada. Estos eran muy buenos esposos, pero cuando salían a pescar, hasta un bagre, no importaba edad, pelo o dientes. Mujer era mujer. Lily que ambicionaba hacía tanto tener una experiencia nocturna de ir de pesca.El grupo de hombres, estaban un poco malhumorados, porque su jefe la había aceptado y estos parece que eran un poco supersticiosos, de que una mujer atrae la mala suerte a bordo...y habían algunos de ellos así.La noche estaba oscura, y el mar sereno. Se alistaban aparejos, se irían unas cuantas millas adentro, donde hay peces que algunos le llaman azules.

La mujer que habían visto, estaba transformada, ya no se veían sus prominentes curvas, se había puesto un gorro y era un chico más. Igualmente los jóvenes la habían visto de día y era bastante insinuante en sus gestos y su forma de caminar. Cuando salieron del puerto, Lily vio como uno apuraba una botellita de alcohol-claro se dijo a sí misma, por el frío, debe coger un poco de calor.-

Cuando ya estaba todo listo, en lo profundo del mar, ella estaba recostada desde un lado del bote, esperaba en silencio , que se acercara un pez. Los hombres hacían bromas, de sus mujeres, que los tenían hartos, con la limpieza y que si habían entrado dejando marcas en el piso recién encerado. Ella no quería intervenir para nada en la conversación, cuando ella estaba concentrada con la caña y que sacaría el pez más grande.Habían apostado una cena para el ganador. Lily estaba sustraída en sus pensamientos, alejando lo ocurrido lo del día anterior, cuando en su apuro había tirado unos zapatos que ya no usaba al contenedor y se arrepentió cuando volvió ya se lo habían llevado, en eso andaba, cuando comenzó a hundirse el anzuelo, tuvieron que ayudarla, ya que se le escapaba, de tan fuerte que tiraba.¿Qué sería?Cuando lo vieron era una raya enorme. Mmmmm, con esto ni una empanada, sale. Y siguieron hablando los hombres más bajo. Eran las tres de la mañana.La pesca no había sido gran cosa. Si para cubrir, los pagos y los dos puestos, de pescados que proveían. Lily cuando bajó estaba bastante cansada. Y uno de los jóvenes, le preguntó¿quieres que te lleve a tu casa?-No gracias, vivo cerca.-El chico insistió y ella le aceptó que la acompañara. Cuando se iba le dio un beso, el olor a pescado era multiplicado. ¡Era un vaho aquello! -Séntemosnos en la piedra, antes que amanezca y encendió un pitillo, le agradaba la conversación, además del beso, ahí estuvieron entre caricias y otras cosas, que el mono que llevaba, Lily, le quedó de sombrero. Mientras que el chico ahondaba en su cuerpo estrepitoso, ni el frío ni el calor eran impedimento a tanta pasión, que fue creciendo, entre tanto otros grillos que saltaban alrededor y Lily cuando amaneció por suerte ya bañada estaba y plácidamente durmiendo en su cama, su esposo, llegaría temprano era muy puntual los fines de semana.

  • Autor: nubialeda (Offline Offline)
  • Publicado: 8 de julio de 2013 a las 00:38
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 30
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