EN LA MECEDORA

carminha nieves

                                                       

 

Al sol pica el pajarito entre su plumaje un piojito, un gato estirado se da un montón de vueltas en el césped. Para mirando una mariposa blanca que baila cerca. Un perro acostado de vientre hacía bajo con las patas delanteras estiradas para delante, ojos medios cerrados, respirando con la lengua roja de fuera, quizá  con sed pero con pereza de ir a beber. Un anciano en su mecedora, mira e reflexiona, como está agradable bajo el toldo, sin preocupaciones, rodeado  de murmurios, que a lo lejos oye.

No piensa en nada, al mismo tiempo en todo, pero su paz interior es tan grande que ni se da cuenta.

Un calor  agradable, sin viento, una claridad luminosa, envuelve todo. Es verano, por fin sus huesos están descansando del frio agreste del invierno.

Un vecino está regando, se oye el agua saliendo de la manguera e dando en las plantas.  La empleada salió por la puerta de la cocina con una palangana con ropa para poner a secar al fondo del patio. Comentó “ que bello día, verdad!? ¿Sr. Antonio? Él dijo, “sí” está buenísimo. Hacía muchos años que la conocía, más de veinte, era parte de la familia.

Pensó que  al final de la tarde, iba a dar una vuelta por la urbanización, junto a un riachuelo que era agradable con sus márgenes verdes e iba hasta la playa.

Su semblante cambió repentinamente, se acordó de un amigo que estaba en una residencia de ancianos, la hija vivía en un piso  e no tenía o no quería tener sitio para él. Se enfadó una revuelta sorda lo cogió, no era justo, su amigo debía estar con la familia e esta quererlo como él los había querido siempre. Como si el sol marchase, quedó cabruñado, pensando en la injusticia de los hijos. Él había tenido suerte. Era querido por todos, por  eso nunca se metía en las conversaciones, evitaba que su presencia fuera notada. Por veces lo quería hacer, pero, solo por el beso que sus nietos le daban sacrificaba un poco las ganas que tenía en entrar en las conversaciones.

El recuerdo de su mujer por instantes afloró al pensamiento, no sabía decir si la había amado, o se había casado para salir de casa de su Padre, pues era huérfano e tenia madrasta, mismo siendo buena persona, no era su Madre.

Sin querer pidió perdón a su compañera que el sabia no había sido feliz, por culpa de él. Y tan poco  si lo supiera dar la hubiera hecho feliz. Ahora era tarde, no estaría solo sentado, ella estaría junto a él. No hay nada que ocupe el lugar de compañeros de una vida. Es distinto, por mucho que nos quieran no es la misma cosa.

Despertó con la voz de la empleada que volvía ya con la palangana vacía, al fondo del patio una mancha de varios colores, bailaba al sabor de la brisa, como si la ropa estuviera feliz acariciada por el sol.

Miró para el vaso de zumo que estaba en la mesita y tomó un trago, estaba bueno y fresco. Le gustaba melocotón, se resbaló un poco hacía atrás y cerró los ojos, dos lagrimas cayeran por su cara, tenía todo lo que le hacía falta era bien tratado, pero ya era  alguien esperando el nada de un futuro sin tiempo.

El gatito cambió de posición, el perro se levantó, andando de espacio y fue a beber agua. El pajarito hacía tiempo que se había marchado. En los murmurios del silencio, quedó el anciano reviviendo su vida pasada, con recuerdos tristes y alegres, con ganas de volver atrás y vivir de manera distinta. La vida había pasado, ahora  mejor dormir un poco despierto, pero con los ojos cerrados. Con su vida pasada, llevaba mejor  su quietud del presente.

Oporto,28 de Junio de 2013

Carminha Nieves

  • Autor: secreet50 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 5 de julio de 2013 a las 17:00
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 140
  • Usuario favorito de este poema: luisa leston celorio.
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Comentarios1

  • luisa leston celorio

    Precioso relato Secret, el anciano es afortunado de estar en su casa y no en una residencia, de tener quien le hable con cariño y de poder soñar, recordar con nostalgia en su pasado mientas el va y ven de la mecedora le arrulla como si tuviese en brazos de su difunta madre.
    Un abrazo
    Luisa

    • carminha nieves

      Si te há gustado, por poco que sea, quedo feliz.
      gracias y un abrazo com amistad
      Carminha Nieves



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